El Real Madrid celebró sus 365 días como invicto en La Liga con otra victoria más. Ya van 39 jornadas seguidas sin perder, una más cerca del récord de 43 que logró el Barça con Luis Enrique y Ernesto Valverde hace ya algo más de un lustro. Un gol tempranero de Lucas Vázquez y una maravilla de Mbappé, que se va desatando, abrieron el marcador. Rodrygo sentenció tras el descanso y Protesoni y Kike García, hacia el final con los de casa dormidos, maquillaron el resultado para el Alavés. La fiesta terminó en susto. [Narración y estadísticas: Real Madrid 3-2 Alavés]
Mbappé fue la estrella con su primer gol de superclase como jugador del Madrid, pero no muy lejos estuvieron Bellingham y Vinicius, ambos más centrados hoy en tareas asociativas. Nota aparte lo de Valverde, el todocampista más completo de la actualidad, y de largo. El Bernabéu, que se enfadó y mucho con el árbitro Muñiz Ruiz, pidió ver a Vallejo, y Ancelotti (mal)obedeció. Las celebraciones antes de tiempo casi le costaron caro al conjunto local, que jugó con fuego y casi se quemó.
Espera ahora al Madrid el Metropolitano, el escenario de sus dos únicas derrotas de la temporada pasada (una en Liga y otra en Copa). Llegará al choque del domingo en su mejor momento del curso. Esto parece que carbura, pensarán en el club, superadas una semanas de dudas y los merengues meten presión a un Barcelona castigado por las lesiones.
Ancelotti, en su partido 300 como entrenador del Real Madrid, empezó sin rotaciones antes del derbi contra el Atlético de Madrid. Carvajal, que estará en el derbi madrileño, fue la única ausencia por unas molestias, mientras que Bellingham jugó con la protección en su hombro derecho que ya lució casi todo el curso pasado. Quien sí hizo cambios, como anunció, fue Luis García en el Alavés.
El Madrid salió a cerrar el rápido el partido y en menos de un minuto abrió la lata. El primer gol llegó a los 54 segundos. La jugada se inició con un desplazamiento largo y preciso de Valverde, seguido de un control todavía más certero de Vinicius. Rompió por banda el brasileño y la puso para que Lucas, capitán esta noche, apareciera desde el punto de penalti y anotara de primeras.
Enfado con Muñiz Ruiz
Se preveía una plácida noche para el madridismo, que se vio enturbiada una vez más por los árbitros. Muñiz Ruiz sacó amarilla a Valverde por un gesto, igual que hizo Munuera Montero tres días atrás, ante el Espanyol, con Mbappé, Vini y el propio Fede. La polémica no iba a quedar ahí.
Sobre la media hora de partido, el colegiado gallego mostró otra amarilla, que fue también para un jugador del Real Madrid, Vinicius, y por protestar. Los decibelios subieron con cánticos de «corrupción en la Federación». Inmediatamente después, una falta fuerte de Mouriño sobre Rodrygo que no fue castigada con la cartulina encendió todavía más a un Bernabéu que recordó a coro el nombre de Negreira. Tarjetas por protestar y no por dar patadas.
El Madrid, al margen de la polémica, había seguido mandando, con los tres de arriba lanzados por Bellingham y yendo a por el segundo. Marcó Mbappé recién cumplido el minuto 20, tras una gran jugada colectiva, pero fue anulado por fiera de juego. El delantero francés iba a tener antes del descanso la oportunidad de resarcirse.
Fue en el 40′ y todo en una maniobra perfecta de Mbappé. Inició Kylian la pared de espuela con Bellingham, que dio la pausa justa, y tras recibir el balón en el área, quebró al defensor del Alavés, Moussa Diarra, para luego finalizar con acierto. Se va desatando el galo, que ya lleva siete goles en nueve partidos y sin haber brillado del todo. Por algo era el jugador más caro del mundo.
La sentencia de Rodrygo
Luis García movió su banquillo en el descanso metiendo a Guridi para quitar a un Aqbar que, coincidencia o no, dejó la nota curiosa al pedir su camiseta a Mbappé de camino al túnel de vestuarios. Ancelotti, viendo que su equipo estaba mostrando los mejores síntomas de la temporada, no tocó nada… e hizo bien.
A los tres minutos de la segunda mitad, en el 48 del partido, llegó el momento de un Rodrygo algo impreciso en el inicio. Recibió en banda el otro de los brasileños de arriba, se abrió antes de pisar área y logró colar su disparo entre las piernas de Sivera para sentenciar el partido con un golazo.
Con el encuentro decidido, todos en el Bernabéu pasaron a pensar en el derbi. En la grada se escucharon varios recados hacia los vecinos rojiblancos, aunque desde el banquillo no quisieron precipitarse con los cambios. Algunos se miraron en el estadio con cara de incredulidad cuando, al salir los primeros a calentar, al que se coreó fue a Jesús Vallejo.
Antes del minuto 70, Ancelotti metió los primeros cambios. Modric y Endrick por Valverde y Rodrygo. El jovencísimo delantero brasileño, aclamado por la afición, iba a tener por delante más de 20 minutos de juego para seguir demostrando el potencial que había dejado ver en sus breves apariciones anteriores. A la primera que tuvo se topó con el poste. Si va dentro, destroza la escuadra.
«‘Carletto’ saca a Vallejo»
También el Alavés, en este caso Rebbach, dio al palo antes de entrar en la recta final del partido. El Bernabéu no descansó en su empeño por ver a un jugador: «Saca a Vallejo, Carletto saca a Vallejo», se cantó. Y ahí que apareció Ancelotti, con mano blanda, para cumplir los deseos de su afición. Sobre el minuto 80, entró el central, junto a Güler, y su nombre se gritó más que el de Mbappé, que fue sustituido acompañado de Militao.
El Madrid bajó el ritmo según se acercaba el final, salieron las costuras de otros días y esa relajación fue aprovechada por el Alavés. Del disfrute se pasó a cierto runrún con los dos goles del Alavés entre el minuto 85 y el 86 de Protesoni, desde la frontal, y de Kike García. No completó la gesta el equipo blanquiazul, para alivio del Bernabéu, pero en su sector de la grada devolvieron irónicamente los cánticos de «saca a Vallejo». Los dos goles, por cierto, llegaron por el lado del central que salió del banquillo. Guevara tendría una más en el descanso y no fueron pocos los ‘uff’ que se escucharon.