Hace 20 años que la Generalitat Valenciana, con gobiernos de todos los colores en estas dos décadas, debería haber asumido la sanidad en las Prisiones. Por mandato legal. Pero no lo ha hecho, así que la población reclusa, cuya tasa de enfermedad es mucho más elevada que en el resto de la ciudadanía, recibe la asistencia sanitaria que recibe y que depende más de la buena voluntad y la colaboración de algunos centros, como el Hospital General, que de otra cosa.

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