La peatonalización de la calle Nuredduna tuvo un efecto colateral inesperado para varios negocios: «Tras la peatonalización de la Calle Nuredduna reubicaron los contenedores de basura y pusieron unos delante de mi local. Mis alumnos no pueden entrar en mi autoescuela por el olor insoportable que desprenden«. Este el lamento de Catalina Juan, la propietaria de una escuela de conducción ubicado en la Calle Pere Alcàntara Penya.

Fuente