Desde que Alejandra Rubio y Carlo Costanzia anunciaron que estaban esperando su primer hijo, la pareja ha estado en boca de todo el mundo. Lo que comenzó como una noticia llena de ilusión y expectativas para los futuros padres, rápidamente se ha convertido en el centro de rumores y especulaciones sobre la estabilidad de su relación.AL

Aunque ambos han intentado mantener una imagen pública serena y llena de amor, las tensiones que viven en privado han comenzado a salir a la luz, y los rumores de una posible crisis entre la influencer y el hijo de Mar Flores no se han detenido, alimentadas por el poco tiempo que llevan como pareja.

Esto es lo que ha contado la vecina de la pareja

Fuentes cercanas a la pareja aseguran que la convivencia no ha sido fácil, especialmente en las últimas semanas, con constantes peleas que han generado preocupación no solo entre su círculo cercano, sino también entre los vecinos que comparten urbanización con ellos. El periodista Kiko Hernández ha sido uno de los primeros en señalar que los gritos entre Alejandra y Carlo se escuchan a través de las paredes, causando malestar en quienes viven cerca de ellos. Según Hernández, la tensión en su hogar ha llegado a tal punto que varios vecinos han considerado tomar medidas para que la administración del edificio intervenga.

Sin embargo, lo más revelador sobre la situación que vive la pareja ha sido la declaración de una vecina que, bajo anonimato, se ha atrevido a hablar con uno de los colaboradores de televisión.

Según esta testigo, la vida en la urbanización donde residen Alejandra y Carlo ha sido insoportable debido a los constantes gritos, especialmente por parte de Carlo: “Es imposible vivir en paz aquí. Todos los días se escucha a Carlo gritar, y es una situación que nos tiene a todos al borde. Incluso algunos han dicho que están pensando en mudarse si esto no cambia pronto”, confesó la vecina.

Lo que más ha preocupado a quienes viven cerca de la pareja es el embarazo de Alejandra. La vecina reveló que el tono de las discusiones ha ido en aumento a medida que se acerca la fecha del parto. “No puedo imaginar cómo será cuando nazca el bebé. Las peleas son tan fuertes que nos preocupa el bienestar de Alejandra y el niño. Vivir así no es saludable para nadie, y menos para una mujer embarazada”, añadió la residente.

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