Veintiún años después de que Jesús Pradales arrebatase la vida y descuartizase a Juana Canal, la investigación se ve incapaz de determinar cuáles fueron las circunstancias de la muerte. A los peritos que han pasado hoy por la Audiencia de Madrid les resulta «imposible», han dicho, determinar con los pocos restos que quedaron de Juana si la suya fue una muerte accidental, como sostiene el que fuera su novio, o si, por el contrario, murió de forma intencionada a manos de Pradales, como sugieren la Fiscalía y el abogado de la víctima.

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