Los grandes fabricantes textiles apuestan…por la ropa de segunda mano. Inditex ha anunciado que pondrá en marcha su plataforma para vender y reparar prendas en Estados Unidos a finales de octubre, donde ya operan otras marketplace similares como Vinted o Wallapop, que fue comprada por Letgo. Además, la cadena textil H&M también extenderá H&M Pre-Loved a Francia y Bélgica. De esta forma, las grandes marcas redoblan sus esfuerzos para promocionar el mercado de segunda mano dentro de su sector. ¿Qué les mueve a dejar a un lado el fash-fasion que les ha encumbrado?
El consumo de ropa de segunda mano gana adeptos año a año. Las ventas de este tipo de prendas alcanzaron los 197.000 millones de dólares en todo el mundo en 2023 y se espera que lleguen a los 350.000 millones en el año 2028, según un estudio realizado por la consultora GlobalData. El documento indica que la ropa reutilizada supondrá hasta el 10% del mercado de moda en 2025. En el caso de España, la venta online de bienes de segunda mano creció un 79% en 2022, según los datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. La web Milanuncios señala que en 2023 se publicaron hasta 658.000 reseñas de moda usada y complementos por valor de más de 45,5 millones de euros.
De la mano de este interés por parte de los consumidores, las plataformas lo están notando en sus números. Vinted disparó su facturación en 2023 y salió de pérdidas por primera vez. La compañía alcanzó una cifra de negocio de 596 millones de euros, un 60% más que en 2022, y logró un beneficio de 17,8 millones. En el caso de Wallapop, donde se comercializa ropa de segunda mano entre otros objetos, cerró el pasado ejercicio aumentando un 25% sus ingresos aunque con 30 millones en pérdidas.
«La percepción de la ropa de segunda mano ha cambiado muchísimo entre los consumidores, ya no se asocia con algo cutre o de pobres», asegura Raúl González, CEO de Ecodicta, una plataforma para compartir prendas de ropa y promocionar la moda circular. González asegura que son los propios usuarios los que ahora desean equilibrar su consumo y dejar de comprar un exceso de prendas nuevas para reducir el uso de materias primas.
Más allá de los gustos y preferencias de los consumidores, lo cierto es que la regulación busca recorta la producción de prendas de ropa, una industria que es muy cuestionada por el gran impacto ambiental que causa. La directiva de Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) obliga a los productores de textil a hacerse responsables de la gestión de sus propios residuos a partir del 1 de enero de 2025, cuando sea obligatoria la recogida selectiva de residuos textiles en todas las naciones de la Unión Europea.
Los fabricantes han tomado nota y hasta el 15% de las empresas del sector de la moda ya han actualizado sus objetivos en materia de sostenibilidad y un 15% de las compañías representativas del sector ha entrado en el capital de algún proveedor de materiales sostenibles, señala la consultora KPMG. «En un contexto de creciente concienciación del consumidor sobre el impacto medioambiental de sus hábitos de compra en el planeta, y de una mayor presión regulatoria y social en el ámbito de la sostenibilidad y la economía circular, cada vez son más los grupos de moda que lanzan o tienen previsto desarrollar propuestas que permitan alargar el ciclo de vida del producto, como el alquiler, el pago por uso de las prendas o la segunda mano», asegura Enrique Porta, socio responsable de Consumo de KPMG en España.
Aprovechar el filón de la segunda mano
Además, también hay que tener en cuenta que las grandes marcas del sector quieren aprovechar el filón que plataformas como Vinted o Wallapop ya han explotado. Inditex lanzó hace dos años su iniciativa para intercambio y reparación de prendas en Reino Unido, lo ha extendido a otros países y ha llegado al mercado doméstico. Zara ‘Pre-Owned’ estará disponible en Estados Unidos a finales del próximo mes de octubre, según señaló consejero delegado de Inditex, Óscar García Maceiras, durante la presentación de los resultados del primer semestre del grupo ante los analistas. La compañía gallega desembarcó en Nueva York en 1989 con su primer Zara. En los últimos años el mercado norteamericano se ha convertido en el segundo más importante para la empresa y el grupo ha decidido redoblar su apuesta con nueva aperturas, reformas de tiendas y el lanzamiento de la venta por streaming, según anunció García Maceiras, en la Universidad de Georgetown la pasada semana.
«Las propuestas circulares, lejos de canibalizar el negocio tradicional, pueden ser perfectamente complementarias e incluso incrementales, favoreciendo un mayor tráfico a las tiendas o webs y permitiendo a las marcas reforzar el vínculo con sus clientes, dar respuesta a sus necesidades e inquietudes y alinearse con sus valores, incrementando la fidelidad», explica Enrique Porta, socio responsable de Consumo de KPMG en España.
Y desde el sector del retail confirman esta tendencia. «Cada vez más clientes nos piden poder comercializar ropa de segunda mano para evitar que sean otras plataformas digitales las que revendan sus productos. Este mercado puede ser un buen complemento para las ventas de primera mano y, a corto plazo, no vemos que pueda restarles márgenes de beneficio. Incluso a largo plazo es difícil que el mercado de segunda mano supere al de primeras en ventas», asegura Javier Martín Gutiérrez, responsable del retail del fondo Eurofound Group.