En poco más de un mes, Felipe R.P.N. ha pasado de ser un fugitivo buscado por Interpol a ser localizado y detenido en Madrid, para luego recuperar su libertad. El hombre, de 44 años, se fugó de México el pasado mes de julio después de que la jueza que lo investiga por violar a su sobrino concluyera que hay pruebas suficientes para acusarlo y juzgarlo por cuatro agresiones sexuales denunciadas por la víctima.
La Policía Nacional lo detuvo en Madrid el pasado 26 de agosto, pero tras pasar a disposición judicial quedó en libertad, según ha sabido el canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica. Su víctima, Salvador Cacho, que llegó a viajar desde México a nuestro país cuando supo que habían capturado a su presunto violador, califica de «inaudita y lamentable la decisión de la justicia española de dejar a un pederasta suelto por sus calles» y «no uno cualquiera, sino uno que ya ha sido capaz de fugarse una vez y al que la jueza del caso ha ordenado meter urgentemente entre rejas».
Circunstancias familiares
En un auto fechado un día después de su arresto, al que ha accedido este medio, el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz acordó dejar al presunto pederasta en libertad, sin fianza, atendiendo a sus «circunstancias personales, familiares y laborales, así como las circunstancias y relativa gravedad de la conducta por la que es reclamado».
Tras su detención, el acusado, que tiene nacionalidad mexicana y española, pidió seguir en libertad mientras se decide sobre su extradición a México, a la que se opone. Argumentó que tiene familia en España, en concreto una hermana suya vive en Andalucía. También facilitó la dirección de la casa donde está viviendo y se comprometió a estar localizable.
La Fiscalía, sin embargo, solicitó al juez que ordenara su ingreso en prisión provisional, recordó que hay una orden internacional de detención e ingreso en prisión contra él y advirtió del riesgo de que volviera a huir. Pese a todo, el magistrado concluye en su auto que Felipe R.P.N. debe quedar libre y afirma que «aunque puedan derivarse las correspondientes responsabilidades penales de los hechos supuestamente cometidos (violación a menor de edad), la medida de prisión provisional sigue siendo de naturaleza excepcional».
Firmar cada semana
La resolución de la Audiencia Nacional establece, eso sí, que el acusado deberá comparecer semanalmente en el juzgado, entregar el pasaporte y no podrá salir del territorio nacional. Medidas «ridículas», en opinión de la víctima, ya que «no le hace falta el pasaporte para salir del país, puesto que tiene la nacionalidad española». Salvador Cacho cree que es «una frivolidad que el juez ni siquiera le pidiera una fianza para que, al menos, si vuelve a marcharse le duela el bolsillo. Tampoco le ha impuesto una medida de alejamiento para que no pueda acercarse a mí», se lamenta.
El hombre está «indignado y preocupado», pero sobre todo «sorprendido» porque «España sea más garantista con un pederasta que con su víctima«. Recuerda que su tío Felipe R.P.N. está acusado de uno de los delitos «más graves y execrables» que existen: «no es un ladrón de bicicletas, es escoria. Me agredió sexualmente desde que yo tenía 6 años hasta que cumplí 14, aunque solo será juzgado por las agresiones de aquellos tres últimos años porque el resto están prescritas. Felipe destruyó mi infancia y hoy ha terminado con la que era nuestra familia».
La víctima, «indignada»
«Como víctima, esto es sumamente indignante y lanza un mensaje peligroso a otras personas que han sufrido lo mismo que yo. Tardé 20 años en poder denunciar a mi agresor. Han sido años de trabajar parar sanar internamente. Desde que lo denuncié en febrero, fue arrestado en abril en mi país y luego escapó, llevo meses en un proceso muy difícil y desgastante como para que ahora un juez que no conoce el caso confíe todo ahora a que el pederasta fugitivo se entregará dócilmente cuando el estado mexicano pida que se le extradite para juzgarlo», lamenta Salvador.
«Llevo meses en un proceso muy difícil y desgastante como para que ahora un juez que no conoce el caso confíe todo ahora a que el pederasta fugitivo se entregará dócilmente cuando se celebre el juicio»
Cacho asegura que denunciará la decisión de la Audiencia Nacional ante la Comisión de Derechos Humanos de México: «Mis derechos humanos, mi seguridad y mi derecho a un proceso justo, como adulto y los del niño abusado que fui, están siendo vulnerados con la puesta en libertad de Felipe».
Pese a todo, sigue confiando en que las autoridades españolas concederán la extradición del acusado, porque «no me cabe en la cabeza que un país serio quiera quedarse a un monstruo así en sus calles«. Pero teme que, para cuando México lo reclame, sea demasiado tarde y este hombre vuelva a estar en paradero desconocido: «Si un juez da la oportunidad a un delincuente de huir por segunda vez, el delincuente solo sería más necio que el juez si no sale corriendo».