En el juicio, Nebahat ha sorprendido a todos con su inesperada declaración: «Amo a mi marido y no deseo divorciarme», ha dicho rota de dolor.
Akif, muy nervioso, ha contraatacado asegurando que Nebahat está mintiendo. Ha alegado que él le ha sido infiel en numerosas ocasiones, ha derrochado su dinero con otras personas y que, en general, ha sido un mal marido.
Nebahat ha negado estas acusaciones con indignación, diciendo que nada de eso era verdad. Aunque ha admitido Akif tuvo un escarceo en el pasado, ha restado importancia al asunto: «En los matrimonios largos, estas cosas pueden pasar».
Además, la mujer ha dejado claro que está dispuesta a darle otra oportunidad a su matrimonio, impidiendo así los planes felices de Akif y Süreyya.
La jueza ha pedido a ambos que reflexionen sobre su matrimonio, y, aunque Akif ha implorado que le conceda el divorcio, no ha conseguido su objetivo.
Fuera del tribunal, la tensión ha estallado en una acalorada discusión. Sin embargo, esta vez Nebahat ha impuesto su voluntad: ha decidido que no se divorciará, arruinando sus planes de boda con Süreyya.