Los dos episodios de lluvias torrenciales que ha vivido Aragón en el último mes han provocado un importante incremento en las reservas de los embalses pirenaicos. Concretamente, la suma de todos ellos ha subido en más de 280 hectómetros cúbicos, según los datos de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Entre los más destacados se encuentran los pantanos de Mediano, que bebe del Cinca, y de Barasona, que hace lo propio de uno de los principales afluentes de dicho río, el Ésera.
Por partes. En la DANA de principios de septiembre, que vivió su punto álgido entre el 6 y el 7 de septiembre, pero que registró sus primeros episodios ya el día 3, Mediano incrementó su volumen en 87 hectómetros cúbicos (87.000 millones de litros), pasando de estar al 47% a estar al 67%. Y el pasado fin de semana, con el sábado 21 como principal exponente, incrementó su volumen en la misma cantidad, 87 hectómetros cúbicos, quedando al 97%. Mientras, el pantano de Barasona, más pequeño, creció en 33 hectómetros cúbicos en la primera DANA y en 16 en esta última, pasando de estar al 41% a principios de mes a registrar actualmente un 95% de su capacidad.
También Yesa ha experimentado un importante crecimiento, especialmente en volumen, ganando entre ambas danas hasta 69 hectómetros cúbicos. El pantano de Búbal también ha pasado de estar al 16% antes del 3 de septiembre a registrar ahora un 40% de su capacidad. Por último, el otro embalse más significativo de los pirenaicos es el de La Sotonera, que comenzó septiembre como el más lleno de los mencionados (con un 52%) y lo cierra con un 62%, habiéndose incrementado su volumen en 20 hectómetros cúbicos.
Estos datos ganan en relevancia si se atiende al momento en el que se han registrado. Y es que septiembre es un mes en el que las subidas en las reservas no son habituales, ya que algunas campañas de riego se encuentran en sus momentos finales.
La margen derecha
En cuanto a los embalses de la margen derecha del Ebro, dos destacan por encima del resto. En primer lugar, el de La Tranquera, situado junto al río Piedra, uno de los ríos más afectados de la comunidad, y que ha pasado de estar al 40% a registrar ahora un 54%. Las Torcas es la otra infraestructura a reseñar. Pese a ser un embalse pequeño, que bebe del Huerva, su agua se aprovecha para usos indispensables. Tras meses aguantando con un hectómetro cúbico por la sequía, las lluvias lo han llenado al 90% (cinco hectómetros de los seis totales).
En suma, los embalses de la cuenca del Ebro están al 57% de su capacidad, frente al 37% del año pasado en estas fechas y al 47% de media del último lustro