Aún no hay fecha pero será en Cantabria y se convocará pronto. En el mes de octubre los presidentes sabrán el día en el que todos se reunirán con Pedro Sánchez en una Conferencia que llevan reclamando meses. Y aunque el Gobierno avanzó que pretende centrar en el debate de la Vivienda en España -una urgencia que se prolonga años- los populares pretenden forzar que se hable de otros asuntos, especialmente dos: financiación e inmigración.
Lo primero es ya la gran batalla de oposición de todas las autonomías y de Alberto Núñez Feijóo en particular después del pacto PSC-ERC para una financiación singular catalana que apunta a un concierto. Y lo segundo se ha convertido en prioritario para algunos territorios, como dejó claro el presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno, tras verse con Sánchez en la Moncloa.
Al PP le obsesiona que su agenda figure en el orden del día de la Conferencia de Presidentes. La sensación generalizada en Génova y también en las comunidades es que el Gobierno tratará de sortear asuntos clave -“como ha hecho en otras ocasiones” se quejan dirigentes del PP-. El ministro Ángel Víctor Torres aseguró que el Ejecutivo no vetará ningún debate. Pero desde hace días en varias autonomías del PP insisten en señalar que el propio reglamento de las Conferencias de Presidentes sostiene en su artículo 5 que el orden del día se fija con la conformidad del ministro y diez comunidades autónomas. El PP preside once, por lo que su visto bueno es esencial.
De las palabras de Torres se entiende que lo tienen asumido y que no impedirán ningún gran tema. Pero en el PP insisten en desconfiar y aseguran que habrá “batalla” para fijar ese orden del día en el mes de octubre, cuando el ministro de Política Territorial convoque el comité preparatorio. En Génova recalcan que esa será también la posición que trasladen a sus presidentes autonómicos. Uno de ellos lo resume así: “Llevamos demasiado tiempo pidiéndolo y esperando como para no abordar los asuntos cruciales y que el presidente nos lleve por donde el quiera”.
A pesar de la cordialidad y las buenas palabras -que las hubo- la primera ronda de reuniones bilaterales de Sánchez con presidentes autonómicos evidenció la decepción que sintieron Alfonso Rueda y Juan Manuel Moreno. Los presidentes de Galicia y Andalucía se caracterizan por un talante contrario a los exabruptos. Los dos se refirieron a Sánchez de manera insistente como “el presidente de mi país” o “mi presidente” en un intento de destensar el punto de partida, agradeciendo que la reunión hubiera tenido lugar.
Pero después llegó la conclusión: “Manos vacías”, “ni una sola propuesta”, “ningún compromiso claro”. Y la conclusión compartida de que el presidente busca “un desfile de presidentes”, “una fotografía” que le permita “blanquear” el pacto catalán y el resto de dificultades que atraviesa su gobierno. “Solo busca ganar tiempo”, aseguraba uno de los presidentes autonómicos tras su reunión.
Hasta el punto de que algunos dirigentes -también los que aún deben ser convocados- reconocían una cierta sorpresa al ver que el presidente no lanzara una sola propuesta en materia de quita de deuda o de abrir la conversación en torno a la financiación, aunque fuera con el objetivo de dividir a las comunidades del PP. No hubo nada de eso. En cambio trasladó su voluntad de que todas las CCAA se sienten de una vez a abordar el que es el gran problema para una parte importantísima de la población en España: la vivienda y la imposibilidad de acceder a una, incluso en régimen de alquiler.
“Hablar de inmigración es prioritario”
Los presidentes del PP le trasladaron su conformidad de abordar el asunto, pero dejaron muy claro que debe haber otros. La exigencia de un nuevo marco estable de financiación autonómica está clara y es compartida por todos. Aunque Rueda y Moreno pidieron al presidente -sin éxito, según explicaron después- que retirara lo pactado con los independentistas. El PP entiende que debe ser el Gobierno el que proponga un nuevo marco, aunque asumen, lo dijeron tanto el gallego como el andaluz- “que todos tendremos que hacer cesiones”.
La inmigración es el otro asunto que preocupa en muchas autonomías. El lehendakari Imanol Pradales también sacó el tema en su reunión con Sánchez. Pero Moreno volvió a recalcar al Gobierno que las comunidades del sur se sienten abandonadas y están haciendo esfuerzos muy por encima de su capacidad. El presidente de la Junta de Andalucía insistió al jefe del Ejecutivo que urgen ya recursos estatales para garantizar los derechos de los migrantes en la acogida y la viabilidad de sus proyectos vitales. Y advirtió de que se están generando “discursos peligrosos” precisamente por la falta de transparencia en la actuación del Gobierno.
En Andalucía y otras comunidades, explican en el entorno de Moreno, llegan cupos de migrantes cada semana sin ninguna información y sin protocolos de actuación. Eso, continúan, genera una sensación de inseguridad e inquietud -también en los vecinos- que puede abrir a otros discursos negativos. “No tenemos ninguna información y ningún apoyo”, insisten en el Gobierno andaluz. Una crítica compartida en Canarias, Murcia y la Comunidad Valenciana, entre otras. También en Baleares la queja ha aumentado por el incremento de la ruta de Argelia y en Madrid denuncian un descontrol por el aeropuerto de Barajas que va a más.