El primer documental de su filmografía ha llegado a la competición envuelto de controversia, y eso es algo esperable de antemano si se tiene en cuenta que su asunto es la tauromaquia. En concreto, ‘Tardes de soledad’ retrata al peruano Andrés Roca Rey, uno de los más aclamados diestros en activo, tanto dentro del ruedo frente al toro como durante las rutinas que sigue antes y después de meterse en él. La película tiene potencial para generar descontento tanto entre taurinos como entre animalistas, pero quienes no busquen en ella argumentos con los que reforzar sus posturas ideológicas sino méritos artísticos encontrarán algo muy distinto: una forma de inmersión en ese territorio hasta ahora inédita, y una experiencia visual y sonora deslumbrante, hipnótica y brutal.
Todo el mundo parece estar de acuerdo en que su película es magnífica. ¿Se siente decepcionado?
Me consta que durante su proyección para la prensa han abandonado el cine unas pocas personas, y eso no es nada. Cuando presenté ‘Honor de Cavalleria’ (2006) en el Festival de Cannes, se salieron de la sala el 70 por ciento de los espectadores. Hoy en día provocar ya no tiene ningún sentido. Ahora lo provocador es intentar no provocar, crear algo sincero.
¿Le molesta que se lo tache de provocador?
No me molesta porque me da igual lo que opine la gente. Como dijo Michel Houellebecq, un provocador es alguien que interpreta la realidad en favor de sí mismo, que quiere sacar provecho de lo que dice. Yo no soy así. Mis películas tienen una lógica interna, son producto de razones mucho más complejas que esa, tienen justificaciones formales. Me da igual tener más o menos éxito o ser mejor o peor recibido. De lo contrario no asumiría los riesgos que asumo.
Usted ha explicado que decidió hacer un documental sobre tauromaquia porque lo considera un arte que no es burgués. ¿A qué se refiere?
Es un arte no burgués porque, en el ruedo, el maestro pone su vida en juego. En un momento de la película, alguien grita, «¡La vida no vale nada!», y lo que quiere decir con ello es que es importante usarla para conseguir algo, derrocharla si hace falta en pos de algo que merezca el sacrificio, y de eso van los toros. Utilizar la vida simplemente para conservarla sí es algo burgués. El compromiso con los actos es necesario. Solo hay una forma de ganar la guerra de Ucrania, y no tiene nada que ver con los discursos que se puedan dar en la Unión Europea.
El partido PACMA intentó que se cancelara el estreno de la película en el festival. ¿Qué le parece?
Me parece un poco ridículo que se pretenda censurar una obra de arte simplemente porque aborda un asunto determinado. Por esa regla de tres, todos los retratos pictóricos de gente mala deberían ser retirados de los museos. La obra de arte está ahí para ser testigo de sí misma y no de otra cosa, de manera que me importa lo que la gente opine de ‘Tardes de soledad’ desde un punto de vista artístico; lo que opinen del toreo antes o después de ver la película me da absolutamente igual.
Usted está a favor de la tauromaquia…
Sí. Y me gustaría que persistiera, que no se prohíba. Pero bueno, la sociedad está cambiando, ahora está de moda ser vegano. Por cierto, si se trata de proteger a los animales, que nos obliguen por ley a todos a ser veganos, ¿no? ¿Por qué no aprueba el gobierno una ley al respecto? Ser vegano es muy sano, y también se nos obligan o prohíben otras cosas, como fumar. Pero bueno, lo de la prohibición del toreo es un asunto político, y a mí la política no me interesa. Yo creo que la película demuestra que el toreo no es una broma, ni un entretenimiento. Es algo trascendente. Es poético, ¿es bueno que exista? ¿Es bueno que no lo haga? Que cada cual opine lo que quiera.
En la película se muestran las muertes de varios toros en primer plano y con todo detalle. ¿En algún momento tuvo reparos al respecto?
Yo prefiero decir que la película muestra cómo la vida abandona al animal. En todo caso, hay dos cosas acerca del toro bravo que la gente no tiene en cuenta. La primera es que tiene una genética única que explica su especial agresividad, y el hecho de que nunca se amanse ante un castigo. Y la segunda es que no es consciente de que va a morir en el ruedo, ni siquiera sabe lo que es la muerte. En la naturaleza también hay animales que se matan los unos a los otros por motivos no relacionados con la alimentación. Si digo que hay algo bello en su muerte en el ruedo dirán que soy un majara, pero sí diré que hay algo poético.
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