Un día de nubarrones y lluvioso en la Fiesta de la Rosa de Gavà parece ser el preludio de la que se avecina ante el debate sobre la financiación que el PSOE ha abierto de par en par. Sin embargo, por más chaparrones que se pronostiquen y con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, descolgado a última hora de la convocatoria, Salvador Illa ha celebrado junto a su militancia que por primera vez acude al gran encuentro del socialismo catalán con el título de president de la Generalitat. Lo ha hecho exhibiendo su «potencia para gobernar» bajo la proclama de que «Cataluña ha vuelto» con vocación de ejercer de locomotora a escala estatal. No ha mencionado directamente la disputa económica, pero se le ha entendido todo cuando ha prometido que se sentará con el resto de autonomías para defender «con convicción y con respeto» su modelo para Cataluña.
El mensaje ha sido claro y directo, especialmente, para las comunidades gobernadas por el PP, aunque también hay barones que fruncen el ceño ante la financiación singular pactada entre el PSC y ERC. «Cataluña está y estará en la primera línea de solidaridad. Somos poco de dar lecciones, pero tampoco nos las van a dar aquellos que bajando impuestos reclaman más recursos. Eso no es solidaridad, eso es otra cosa», ha sentenciado.