Las instalaciones médicas libanesas están saturadas tras los recientes ataques a Hezbolá, afectando gravemente al sistema de salud del país.

Hospitales libaneses en estado crítico tras ataques a dispositivos de Hezbolá

Las instalaciones médicas privadas en el Líbano, que albergan el 85% de las camas hospitalarias, han alcanzado su capacidad máxima tras los ataques dirigidos a los dispositivos de comunicación de Hezbolá la semana pasada. Según Sleiman Haroun, presidente del Sindicato de Hospitales Privados del Líbano, los centros médicos no podrían manejar más presión durante al menos tres semanas. Esto se debe a la gran cantidad de heridos que requieren cuidados intensivos y múltiples intervenciones quirúrgicas.

Medios israelíes, como Canal 12, citaron fuentes de seguridad extranjeras, quienes calificaron los ataques como exitosos, ya que provocaron un número considerable de heridos, ejerciendo una inmensa presión sobre el sistema sanitario libanés. Aunque Israel no ha asumido la responsabilidad de los ataques, se sospecha que está detrás de ellos.

A pesar de la incertidumbre en torno al número exacto de víctimas, es evidente que la situación en los hospitales es crítica. Haroun advirtió que una escalada en las tensiones fronterizas con Israel complicaría aún más la capacidad de los hospitales libaneses para atender a más personas heridas.

Paralelismos con la explosión en Beirut de 2020 y las heridas recientes

Haroun comparó la actual situación sanitaria con las consecuencias de la explosión del puerto de Beirut en 2020, que dejó a miles de personas heridas. Sin embargo, señaló que las lesiones de los ataques recientes son, en su mayoría, más graves, y requieren una mayor hospitalización, no solo atención de emergencia. El Ministerio de Salud ha prometido financiar los tratamientos con los fondos asignados tras los ataques, aunque las promesas similares hechas tras la explosión de 2020 aún no se han cumplido.

Profesionales médicos libaneses enfrentan el desafío de atender heridas complejas, muchas de ellas en el rostro y extremidades, que requieren cirugías de reconstrucción. Médicos y cirujanos han descrito escenas desgarradoras, con lesiones que incluyen desfiguraciones severas y amputaciones de extremidades.

Un oftalmólogo reveló que, en algunos casos, las víctimas perdieron toda la cara. Las declaraciones médicas sugieren que los dispositivos de comunicación explotaron cuando los propietarios intentaban revisarlos, causando heridas tan graves como las sufridas por combatientes de Hezbolá.

Hezbolá enfrenta críticas internas mientras la tensión con Israel aumenta

Desde el 8 de octubre, Hezbolá ha intensificado los ataques a comunidades israelíes en apoyo a Hamás, afirmando que es una respuesta a la guerra en esa región. Hassan Nasrallah, líder de Hezbolá, acusó a Israel de usar los ataques a los dispositivos como una maniobra para encubrir su incapacidad de derrotar militarmente a su organización.

Un ataque israelí en Beirut el viernes pasado eliminó a altos comandantes de Hezbolá, elevando las preocupaciones sobre una posible guerra a gran escala. Dentro del Líbano, figuras públicas han expresado su preocupación de que Nasrallah esté arrastrando al país hacia un conflicto mayor.

En un artículo de opinión publicado en L’Orient-Le Jour, el editor Anthony Samrani acusó a Nasrallah de llevar al Líbano “al borde del abismo”. Samrani argumentó que los recientes ataques han comprometido la capacidad operativa de Hezbolá, dejándolos vulnerables ante futuros ataques.

Crecen las presiones sobre Nasrallah por la implicación de Líbano en la guerra

Issa Goraieb, ex editor de L’Orient-Le Jour, pidió a Nasrallah que reduzca la escalada de la guerra, aludiendo a que la estrategia de confrontación de Hezbolá podría ser más perjudicial para el propio Líbano que para Israel. Comparó la situación con la necesidad de descender de un árbol con valentía una vez que se ha escalado.

El periodista Marc Saikali, en otro artículo de opinión, también señaló que la guerra actual no beneficia a la población libanesa ni a la causa palestina. Según Saikali, Nasrallah necesita encontrar una salida estratégica, ya que una guerra total sería un suicidio tanto militar como político para Hezbolá.

Mientras tanto, la negativa del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a ofrecer una salida pacífica al conflicto ha intensificado aún más las tensiones. La incertidumbre crece, y muchos temen que una guerra a gran escala sea inminente si no se toman medidas para evitarla.

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