El Torneo mil programas de Pasapalabra cuenta con cuatro concursantes tan buenos, tan míticos, tan importantes que no tiene una final, sino dos. Es verdad que Pablo Díaz y Sofía Álvarez de Eulate lucharán por proclamarse vencedor o vencedora de la cita en un duelo con un bote de 100.000 euros. Pero es igualmente cierto que Javier Dávila y Nacho Mangut han protagonizado un duelo de auténticos campeones.

Así se ha visto en El Rosco, con un choque entre dos talentos desbordantes, entre dos formas de jugar tan diferentes, entre dos estrategas tan astutos. Por eso, se han cumplido las previsiones de ver un duelo igualadísimo, lleno de suspense y, sobre todo, muy táctico.

El mecanismo del torneo, con más pruebas de las habituales, ha permitido esa exhibición de estrategias porque ambos han llegado con mucho tiempo acumulado, especialmente Nacho. Roberto Leal ha alucinado con su “segundada”: ¡había sumado 114 segundos! De esta forma, ha contado con un total de 199 para luchar por el bote.

Era evidente que el tiempo iba a convertirse en un factor clave del duelo, y así ha sido. Los dos concursantes se han tomado su tiempo para entender bien cada pregunta y para buscar la respuesta en sus privilegiadas mentes. Por eso, sólo han recurrido al “Pasapalabra” cuando realmente han dudado y no han cometido tampoco ningún fallo en la primera vuelta.

La tensión ha ido en aumento cuando el marcador ha reflejado un empate a 21. A partir de ahí, el duelo ha entrado en una nueva fase: la del compás de espera para descubrir los ases que les quedaban. Y los dos han tardado mucho en enseñarlos, alargando la partida.

Javier, consciente de que quizá estaba siendo ya excesivo, ha tomado la decisión de arriesgar. Lo ha hecho por partida doble y en ambos casos ha tenido premio en forma de acierto. Con 23, frente a los 22 de Nacho en ese momento, ha recurrido a un clásico: a su “homenaje a María Jiménez”. “¡Se acabó!”, ha dicho, y se ha plantado.

De esta forma, Nacho tenía que acertar una pregunta más para lograr un empate que habría dado paso a una muerte súbita. No se ha llegado a este extremo porque ha fallado y porque realmente no tenía opciones claras en ninguna de las tres letras que le quedaban.

De esta forma, Javier Dávila se ha convertido en el primer ganador del Torneo mil programas, aunque sea en forma de un simbólico bronce. Lo que también supone es el reconocimiento a una leyenda respetada y querida, con el valor que implica ganar a un concursante tan talentoso como Nacho.

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