La presión humana, por una vía o por otra, es la causante de la pérdida de muchas poblaciones de aves, mamíferos, peces y muchas otras especies en España. Sin embargo, algunos animales emblemáticos de nuestra biodiversidad han logrado escapar por los pelos de una extinción que ya parecía segura y hoy en día están recuperándose de forma notable.
No están aún totalmente a salvo, pero su futuro parece esperanzador. Las generaciones futuras, si se mantiene esta tendencia, podrán seguir disfrutando de ellas, y los ecosistemas también se beneficiarán de los servicios ecológicos que prestan estas especies, pues en la naturaleza nada está de más ni por simple adorno. Estas son las especies que estuvieron a punto de desaparecer en nuestro país y que, gracias a la constancia y perseverancia de particulares e instituciones, están recuperándose:
Oso pardo
A principios de los años 90, apenas quedaban menos de 100 ejemplares dispersos por la cordillera cantábrica y los Pirineos, y ya parecía imposible frenar su desaparición. Hoy, sin embargo, los últimos recuentos rondan los 400 ejemplares, cifra que parece ir en aumento de año en año, marcando una tendencia esperanzadora. Aunque sigue estando considerada especie en Peligro de Extinción, ha logrado salir de la categoría de Peligro Crítico.
Su área de distribución ha crecido un 70% desde los años 80 y ya abarca los territorios de Asturias, Cantabria, León, Palencia y Lugo, según el CSIC, y se han avistado ejemplares en lugares más alejados, como Zamora y Ourense, e incluso Portugal. La Fundación Oso Pardo trabaja desde hace años en esta misión.
Lince ibérico
Sin duda, el caso más llamativo de los éxitos alcanzados por el trabajo conjunto de entidades particulares con el apoyo de administraciones. Este felino, único en el mundo, rayó la extinción a finales del siglo XX, cuando solo quedaban algo más de 60 ejemplares adultos. La cifra pasó a 648 en 2022 y hoy en día la cifra total, incluyendo adultos y juveniles, supera los 2.000 ejemplares. Como en el caso del oso pardo, su ámbito de distribución no cesa de aumentar, y ha pasado de estar confinado en zonas concretas de Andalucía a expandirse hacia el norte, el noroeste y también al noreste.
Los atropellos y la caza furtiva siguen siendo algunas de sus amenazas. La protección de sus hábitats y del conejo, base de su alimentación, han sido piezas fundamentales en su recuperación.
Águila imperial
En los años 70 solo quedaban en España 39 parejas reproductoras y todo indicaba que era ya una especie sentenciada y condenada a la extinción en el plazo de muy pocos años. Sin embargo, los esfuerzos iniciados en la década siguiente lograron frenar esta tendencia y revertirla después, hasta el punto de haber llegado actualmente a las 841 parejas en la actualidad. Casi la mitad de ellas están censadas en la comunidad de Castilla-La Mancha. La protección de las áreas donde vive ha permitido su expansión desde unos pocos reductos de Toledo hacia gran parte de la Península.
Al igual que ha sucedido con el oso y el lince, han jugado un papel determinante los fondos económicos procedentes de los programas Life de la UE para sufragar la recuperación de la especie.
Nutria
Este pequeño animal típico de los ríos españoles estuvo también al borde de la extinción en los años 70, por culpa de la contaminación de los cursos fluviales y la proliferación de canalizaciones, presas, embalses y otras barreras artificiales en sus hábitats. Sin embargo, la lenta pero progresiva recuperación de la calidad de las aguas y otras situaciones inesperadas (como la aparición de especies invasoras que le sirven de alimento) están aumentando las poblaciones de nutria. Según las últimas estimaciones, esta especie ya está presente en más del 55% de las cuencas fluviales españolas.
A ello ha ayudado la proliferación de especies invasoras como el cangrejo rojo americano o de peces introducidos para la pesca deportiva, como la carpa o la trucha arcoíris, que no han hecho sino aumentar el número de sus presas.
Quebrantahuesos
Esta majestuosa ave, de impresionante envergadura y que forma parte de la familia del buitre, pudo dejar de verse en los cielos españoles en los años 90. En 1994 había solo 30 ejemplares y hoy ya hay más de 1.200, según la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos. El plan de recuperación emprendido a finales del siglo XX ha logrado resultados impresionantes, aunque todavía queda mucho camino por delante para garantizar su total salvación como especie en España. Siguen teniendo amenazas que afectan a su futuro y una de las más visibles es la proliferación de tendidos eléctricos sin los elementos de protección necesaria para evitar colisiones o electrocuciones. También los generadores eólicos causan la muerte de estas rapaces protegidas.
No son las únicas especies silvestres que están ganando terreno en nuestro país. El lobo ibérico, sin ir más lejos, parece que va ocupando cada vez más territorio, pero en cambio está perdiendo variedad genética, según un reciente estudio del CSIC. Su situación, en realidad, es aún precaria, por los vaivenes políticos a los que está sometida su protección legal.
………………
Contacto de la sección de Medio Ambiente: [email protected]