Charo Hierro tenía 53 años cuando empezó a sentir un malestar que asoció al aparato digestivo: “Tenía el abdomen tan hinchado que era similar al de un embarazo de ocho meses, acidez, la comida me sentaba mal…”. Perdió la cuenta del número de veces que fue a su médico de atención primaria que siempre le decía que lo que le ocurría era que tenía gases. Pero los síntomas seguían ahí. Fue a Urgencias y tras una radiografía en la que no se veía nada, le dijeron que se fuera a casa. Hasta que un día no pudo más y volvió: “Insistían en que estaba todo correcto, pero esa vez me negué a irme a casa”. Al día siguiente un especialista de medicina interna le dio la razón, si estaba pasando algo: tenía cáncer de ovario.

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