En la Base Aérea de Gando, bajo tierra y en medio de un ‘laberinto’ de controles de seguridad, se halla el Grualercon, un búnker desde el que se vigila, protege y controla el cielo de Canarias. Se trata del centro neurálgico del Grupo de Alerta y Control del Ejército del Aire y del Espacio que está bajo el mando del teniente coronel José Carlos de Pablos de la Esperanza, que asegura que se trata de la unidad «más desconocida» para la población canaria de las tres que hay en Telde.
Desde este búnker, decenas de controladores y personal militar altamente especializado monitorizan el espacio aéreo 24 horas al día, los 365 días del año, garantizando que ninguna aeronave no autorizada sobrevuele las Islas. En el caso poco probable de que un avión no esté identificado, se articula un protocolo para ‘recuperar’ la comunicación con la aeronave a través de otras frecuencias —que es la causa habitual de estas incidencias— y si no se consigue, siguiendo los protocolos de actuación que establecen la identificación de la aeronave en un máximo de dos minutos, se articula el procedimiento scramble en el que un avión F18 de la Base Aérea de Gando despega en pocos minutos para identificar a la aeronave en cuestión y, llegado el caso, escoltarla para aterrizar.
Además de los equipos que manejan cada uno de los miembros de esta unidad, grandes pantallas en una de las paredes de esta hermética sala ofrece una visión completa del cielo canario identificando cada una de las aeronaves civiles o militares, siempre en coordinación con Enaire. Asimismo, a través de estas pantallas, el personal de este equipo coordina, por ejemplo, los ejercicios internacionales que los F18, Eurofighters y cazas de ejércitos de diferentes países realizan en Canarias, o los entrenamientos habituales de los aviones F18 de la flota de la Base de Gando.
Red de radares
Para poder realizar esta importante labor de defensa, el Grualercon, integra en el centro los datos de los radares militares repartidos por toda la geografía peninsular e insular para poder llevar a cabo su misión permanente de vigilancia y control de los cielos de soberanía nacional. Y es que el Grualercon tiene la capacidad de controlar y monitorizar todo el espacio aéreo nacional no solamente de Canarias, igual que los otros dos centros de defensa aérea ubicados en las bases de Torrejón de Ardoz y Zaragoza.
Otra función vital del centro es ser nodo principal de telecomunicaciones militares en las islas Canarias, llevando el mantenimiento y supervisión de 23 estaciones de radio y antenas distribuidas en la parte oriental de las islas. Esta función es realizada por equipo técnico con alta cualificación realizando trabajos muchas veces en altura, con el riesgo que ello conlleva, todo para mantener la operatividad y la misión asignada.
Garantizar el flujo de comunicación
El comandante Raúl Vizcaíno, responsable de este equipo, explica que desde ese lugar se supervisa tanto la parte técnica del centro de mando y control, como la red de estaciones, encargándose también de la modernización y actualización de la infraestructura de la defensa hacia una infraestructura integral de información denominada I3D, la infraestructura de la defensa.
Exactamente, esta función la realiza la unidad denominada Cezman 9 (Centro de mantenimiento zonal) que pertenece al Grualercón. Este centro se encarga de garantizar el transporte de la información «de y hacia todos los grupos», como puede ser el Ala 46, Ejercito de Tierra y Armada inclusive a través de fibra óptica y radioenlaces. De ahí la importancia del mantenimiento de este sistema «para que ese transporte sea efectivo y funcione correctamente».
El comandante Vizcaíno precisa que para evitar que el flujo comunicativo se interrumpa, el sistema está diseñado como anillos, por lo que «si cae un enlace, se reencamina la información y llegaría por otro camino», mientras el personal acude a resolver la posible incidencia en alguna estación en tiempo record.
Dada las particularidades de este sistema, en este equipo hay también personal civil, contando en su plantilla con ingenieros técnicos de Telefónica y personal de la compañía Indra.
