La Enfermedad de Alzheimer es la forma más frecuente de demencia y la principal causa de deterioro cognitivo en el mundo.
Tal es así que según los datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), el 60% de los casos de demencia tienen un diagnóstico de alzhéimer. Y sólo en España hay unos 800.000 pacientes.
Como explica el doctor Juan Fortea, Coordinador del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN):
- «El alzhéimer es una enfermedad que se caracteriza por producir de manera gradual y progresiva la pérdida y muerte de neuronas, lo que conduce al deterioro de las funciones cognitivas alterando la capacidad funcional y produciendo una gran discapacidad y dependencia»,
«Y aunque es cierto que la evolución de la enfermedad de Alzheimer sigue un patrón más o menos predecible, la realidad es que en cada persona es diferente y depende mucho tanto de la edad en la que se manifieste, como de la genética, hábitos de vida y de otros muchos factores entre los que se incluye la historia clínica de cada paciente».
Origen del alzhéimer
Son muchas las investigaciones dirigidas a localizar el origen del alzhéimer, y aunque todavía no se tienen certezas, todo apunta a que tiene un origen multifactorial.
Los expertos explican que parece que están implicados diferentes procesos como la acumulación de ciertas proteínas cerebrales, neuroinflamación, inmunidad, cambios vasculares, genética… que predisponen a que ciertas personas la desarrollen.
Un detalle importante es que la genética parece tener poco peso en esta patología, ya que los casos hereditarios son raros y solamente suponen el 1% del total de los casos.
40.000 casos diagnosticados cada año
Las cifras que ofrece la SEN sobre el desarrollo del alzhéimer son preocupantes, ya que cada año se diagnostican en España unos 40.000 nuevos casos, de los que más del 90% corresponden a personas de más de 65 años.
Y es que las probabilidades de desarrollar esta enfermedad aumentan de forma exponencial con la edad, y también con el paso del tiempo, ya que vemos cómo se duplica, cada 5 años, la proporción de personas que padecen esta enfermedad .
Así, mientras que el número de nuevos casos diagnosticados de enfermedad de alzhéimer en personas de entre 65 y 70 años es de entre 1 a 3 personas al año por cada 1.000 habitantes, asciende hasta los 14-30 casos por cada 1.000 en personas de entre 80 y 85 años.
A pesar de estos datos, el especialista en neurología aclara que «si bien es cierto que la edad es el principal factor de riesgo para desarrollar la enfermedad de Alzheimer, es importante señalar que esta enfermedad y sus síntomas no forman parte del envejecimiento normal del cerebro». Y como señala el doctor Juan Fortea:
- «Se tiende a pensar que es normal que una persona, con los años, pierda memoria y capacidades cognitivas. Pero esto es una idea errónea que solo ayuda a que la enfermedad de Alzheimer esté infradiagnosticada. En la SEN estimamos que más del 50% de los casos que aún son leves están todavía sin diagnosticar».
“Es, por lo tanto, importante identificar y diagnosticar de forma precoz a todos los pacientes, porque esto posibilita iniciar terapias farmacológicas y no farmacológicas destinadas a mejorar los síntomas de esos enfermos, lo que hace que se pueda aumentar su calidad de vida ciertos años más, y también permite incrementar el número de pacientes que pueden participar en estudios de investigación o ensayos clínicos de nuevos fármacos, algo que es muy necesario”.
Alimentación, ejercicio físico y gestión del estrés claves para la prevención
Uno de los aspectos más complicados de esta enfermedad es que no tiene tratamiento curativo. Sin embargo, los expertos insisten en que puede prevenirse con un estilo de vida saludable.
Así lo asegura la doctora Daniela Silva, geriatra y responsable de la Unidad de Asistencia Médica a Domicilio de Vithas Internacional, quien expone que el desarrollo de esta patología se debe en gran medida al estrés oxidativo y la neuro inflamación.
- «Sabemos que una adecuada alimentación, hacer ejercicio o tener una buena gestión de la ansiedad, entre otros hábitos de vida, son muy importantes para la prevención de esta enfermedad».
Sobre este punto, la especialista explica que el estrés oxidativo se produce cuando el cerebro se expone a radicales libres, moléculas inestables que surgen durante el metabolismo normal de las células y que deben de desecharse.
«Cuando no se hace, estas causan daño en el ADN y degeneración de las neuronas«, apunta la doctora quien señala que, «para contrarrestar la presencia de esta sobreproducción de radicales libres en el cerebro es importante la actividad física o la alimentación».
En este sentido, la doctora apunta que varios estudios epidemiológicos apoyan la hipótesis de que la actividad física puede enlentecer la progresión del alzhéimer y otras enfermedades neurodegenerativas.
- «Varias investigaciones alrededor del mundo concluyen que hasta un 21% de casos de alzhéimer pueden ser atribuidos al sedentarismo. Esto hace que de la actividad física sea una herramienta poderosa para reducir el riesgo de padecer esta enfermedad».
Por todo ello, desde la SEN ofrecen algunas claves para retrasar e incluso evitar la aparición del Alzheimer:
- Mantenerse intelectualmente activos (leer, hacer crucigramas…).
- Fomentar un buen estado de ánimo.
- Conservar el contacto personal con amigos y familiares.
- Abandonar el consumo del alcohol y tabaco.
- Realizar ejercicio físico.
- Mantener un peso saludable.
- Seguir una dieta adecuada.
- Controlar la diabetes y la hipertensión arterial.
- Corregir la pérdida de audición.
- Evitar los traumatismos cerebrales.
- Evitar la exposición a la contaminación ambiental.
La relación entre la diabetes y el alzhéimer
Mención aparte merece la relación entre el alzhéimer y la diabetes. La doctora Silva destaca que la resistencia a la insulina a nivel cerebral parece jugar un papel importante en el desarrollo y la progresión del alzhéimer.
Algunos estudios han encontrado que las personas con diabetes tienen hasta un 65% más riesgo de desarrollar alzhéimer comparados con personas sin diabetes.
«Se cree que esto ocurre por un aumento en el nivel de estrés oxidativo generado parcialmente por los niveles elevados de glucosa e insulina en sangre, como sucede en la diabetes tipo 2. Lo anterior altera la función mitocondrial, función cognitiva y la memoria«, explica.
Adicionalmente, se ha encontrado que la edad a la cual se diagnostica la diabetes también tiene un impacto significativo en el riesgo de desarrollar demencia.
Un estudio de Reino Unido publicado en 2021, hizo seguimiento a más de 10.000 pacientes durante un promedio de 31 años y encontró que, además de haber una asociación entre la diabetes y el riesgo de padecer alzhéimer, dicho riesgo aumenta cuando la diabetes se diagnostica en edades más jóvenes.