«Al final me da pena ajena que usted, señor (Edmundo) González Urrutia, que me pidió clemencia a mí, no tenga palabra y alegue su propia torpeza y su propia cobardía para tratar de salvar yo no sé qué». Nicolás Maduro expresó un fastidio bíblico o el de un monarca medieval al expresar su rechazo a las declaraciones de su rival en los comicios que también dice haber ganado y que aseguró haber firmado bajo coacción un documento en el que reconoce la victoria del actual presidente de Venezuela. Maduro ya no se siente un hombre mirisercordioso ante el opositor que partió al exilio que y que acaba de ser reconocido por el Parlamento europeo como presidente electo. «Siento pena ajena por el pataruco», dijo en alusión al gallo que, en la tradición venezolana no sirve para pelea. «Nadie puede alegar su propia torpeza en defensa propia. González Urrutia, nadie puede alegar su propia cobardía y su propia traición a sus seguidores en defensa propia».
La reacción de Maduro también fue acompañada por el presidente de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), Jorge Rodríguez, quien junto con su hermana y vicepresidenta, Delcy, se involucraron personalmente en las negociaciones que permitieron la salida de González Urrutia de Venezuela. Además de repudiar la resolución de la Eurocámara, Rodríguez aseguró que el candidato de la Plataforma Democrática Unitaria (PUD) no solo reconoció en el documento que había perdido los comicios y sino su propia autoridad. También aseguró que le dijo a González Urrutia que existían «evidencias de que la señora María Corina Machado está vinculada con los planes violentos», a lo que González Urrutia «respondió que sí». Según el dirigente madurista, lo que sucedió en la embajada española fue un acto de capitulación política. «En términos militares es una rendición firmada por el señor González Urrutia y para eso fuimos convocados a la residencia de España».
La revista Efecto Cocuyo sostuvo que las pruebas que presentó Rodríguez «para desmontar» las afirmaciones de González Urrutia fueron «clips de audio poco entendibles, con voces distorsionadas que atribuyó al opositor y a un interlocutor, cuyo nombre se reservó». El presidente de la AN «no mostró la grabación completa sin editar, tampoco informó cuánto dura el intercambio completo ni la manera en que fue grabado este material. Sí dejó entrever que el registro se hizo sin consentimiento del opositor o incluso del embajador español».
El ministro de Relaciones Exteriores de España, José Manuel Albares, dijo por su parte este viernes que no le consta que se hayan grabado conversaciones en la legación diplomática en Caracas. González Urrutia ha expresado a Reuters su convicción de que España «tiene un papel importante en la mediación con Maduro» a los efectos de que el Palacio de Miraflores «acepte la voluntad popular». Las relaciones bilaterales atraviesan un momento inédito de fricción que incluye la denuncia del madurismo de la participación del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en una conjura contra Maduro y la emanaza de la AN de rompert los vínculos diplomáticos y comerciales entre los dos países.
Encuentro con Petro y silencio de Lula
En este contexto, Colombia no da por cerradas completamente las negociaciones con Caracas para encauzar el conflicto interno. El vicecanciller Jorge Rojas dijo que el presidente Gustavo Petro buscará entablar una nueva «conversación» con Maduro en el marco de la ceremonia de asunción de Claudia Sheinbaum como presidenta de México, el 1 de octubre. «Va a ser una buena oportunidad para reafirmar caminos de solución política para Venezuela».
El brasileño Luiz Inacio Lula da Silva también se hará presente en México pero no ha deslizado ninguna posibilidad de encontrarse con su colega venezolano. Los vínculos personales se han deteriorado. El pasado 6 de setiembre, Lula dijo que no reconocerá el resultado de las elecciones venezolanas mientras no se «pruebe» que el actual jefe de Estado ganó esos comicios. «Creo que el comportamiento de Maduro es decepcionante». Su asesor en asuntos internacionales y exministro de Exteriores durante las anteriores administraciones del Partido de los Trabajadores (PT), Celso Amorim descartó que el presidente brasileño participe en la tercera toma de posesión de Maduro en enero venidero. También desestimó un escenario de mayor tensión bilateral que conduzca a la ruptura de relaciones diplomáticas, como amenaza hacer la AN con España.