Todos ustedes conocen la historia y la conocen bien, con todo lujo de detalles. Marc Márquez Alentá, de 31 años, ocho veces campeón del mundo, ganador de seis títulos de MotoGP con Honda, no siempre con la mejor moto de la parrilla, meditaba abandonar el equipo alado y Alberto Puig, Team Manager del equipo japonés, peleó por retenerlo.
La jugada consistía en fichar al gran ‘gurú’ de Ducati, el ingeniero Gigi Dall’Igna, para que liderase un nuevo proyecto en Honda y retener así a MM93. Los japoneses, que se acercaron a Dall’Igna, al final, altivos, soberbios ellos, decidieron que no lo necesitaban para resucitar y ni siquiera osaron hacerle una oferta. Y ahí siguen, metidos en las profundidades de la máxima categoría, ridiculizados por el resto de equipos y fabricantes.
Siempre últimos
Mientras Márquez lleva camino de convertirse en el piloto invencible que fue en 2019, antes del accidente de Jerez, Honda, cuyos cuatro pilotos han quedado hoy, como siempre, en la cola de la clasificación de MotoGP (Johan Zarco, 12º de 21; Luca Marini, 18º; Joan Mir, 19º y Takaaki Nakagami, 21º, es decir, último), figura en la última posición del Mundial de Constructores, a la escandalosa y ridícula cifra de 426 puntos con respecto al líder, que no es otra que Ducati, con Márquez sumando puntos para la firma de Borgo Panigale.
«No es que Honda tenga un punto débil en concreto, es que no tenemos ninguno fuerte. Necesitamos una moto nueva, cosas grandes, distintos motores para probar. Es difícil, porque la base de nuestra moto actual no es buena»
Los jefes supremos de la marca japonesa, que recibieron, la pasada semana, en Misano, la crítica unánime de todos sus pilotos por la escasísima o nula evolución de su RC213V, ni siquiera se han dignado venir a Misano-2, demostrando su total desinterés y/o preocupación por la nula competitividad de su moto. Ni Taichi Honda ni Yuzuru Ishikawa, máximos jefes japoneses de la escudería en el Mundial, están en el circuito Marco Simoncelli. La explicación de la marca japonesa es que se encuentran “en otras carreras, en diferentes competiciones en las que también participa Honda”. Todo parece indicar que, tras el desastre del test del lunes de Misano, no han querido vivir un nuevo desastre de sus pilotos.
“Necesitamos una moto nueva, cosas grandes, distintos motores para probar. Y, por el momento, nada de eso llega”, ha explicado Mir, campeón del mundo de MotoGP con Suzuki (2020). “En Suzuki, mejorábamos poquito a poquito, con pequeñas piezas que incorporábamos, pero eso era porque la base de la moto ya era buena. La de Honda no lo es”.
El humor de Bradl
“Hay que tomárselo con un poco de sentido del humor”, cuenta el alemán Stefan Bradl, piloto probador de Honda. “Me obligan a pilotar la moto con cosas que no funcionan. Probamos cosas y rebotamos en el mismo punto. No encontramos la solución o la forma de mejorar de alguna manera la moto y salir de esta crisis”.
Los jefes japoneses siguen creyendo que van a salir solos del fondo del pozo y continúan sin querer ayuda del mundo exterior, es decir, de los ingenieros europeos que han hecho mejorar, hasta convertirlas en ganadoras, todas las motos del Viejo Continente, especialmente Ducati, Aprilia y KTM. Ellos, desde Taichi Honda hasta Yuzuru Ishikawa, continúan encerrados en su mundo y piensan que un día acertarán con la tecla. Hace poco más de un mes, el ingeniero alemán Alex Baumgärtel, cofundador de la prestigiosa marca Kalex, abandonó Honda después de trabajar seis meses chocando contra la pared, tal y como informó en su día Motorsport.com.
Mientras, la cúspide de Honda Racing Corporation (HRC), el departamento de competición de la marca japonesa, asiste atónita, pero en silencio, sin reconocer su error, al despegue, de nuevo, de Marc Márquez, que vuelve a ganar carreras demostrando que su decisión al abandonar Honda fue, simplemente, magistral. “Se le ve más maduro, más tranquilo, con un pilotaje diferente al suyo, más fino, más por la línea, sin forzar, sin verse en el límite, me recuerda a Dani (Pedrosa), siempre por el sitio”, ha explicado Santi Hernández, su ingeniero de toda la vida en el ‘team’ Repsol Honda, al ‘podcast’ Vuelve la magia, de Motorbike.
Para el ingeniero que estuvo 12 años al lado de Márquez, la demostración que Márquez hizo en Misano cuando empezaron a caer cuatro gotas es la viva demostración de que el campeonísimo catalán ha vuelto. “En la vuelta 7 de aquella carrera, ‘Pecco’ (Bagnaia) rodó en 1.49 minutos y Marc, en 1.39. Y empezó su escapada. Ahí cimentó su gran triunfo. Yo creo que Marc empieza ya a dominar su Ducati y a conocer sus límites y los de su moto”.
Alberto Puig, Team Manager del equipo Repsol Honda, que lamenta profundamente que la compañía energética española abandone la escudería a final de temporada (un síntoma más del caos en el que está metida Honda), vive en la contradicción permanente. Por un lado, celebra interiormente que al campeonísimo que admira le vaya tan bien en Ducati, pero le duele no haber podido retener, por culpa de la incapacidad de los japoneses, al único piloto de la parrilla que hubiese permitido a Honda cruzar el desierto en el menor tiempo posible.
«La situación de Honda me sigue creando impotencia. Marini ha dicho que habían tirado seis meses a la basura. Yo se lo dije a Honda: vais en la dirección contraria a las demás fábricas. Deben fichar buenos ingenieros y hacerles caso. Me temo que no se recuperarán antes del 2027»
“La situación de Honda me sigue creando impotencia, entre otras razones, no solo por el potencial que tienen, sino por las horas que le meten que son tremendas. Es un problema de estructuración y también de concepto, saber hacia dónde va el proyecto y cómo debes recuperarte”, ha comentado, hoy, Márquez a El Periódico. “Un paso positivo, por ejemplo, sería fichar ingenieros buenos, pues cuando fichas buenos ingenieros tiras la bala al sitio adecuado, aciertas, seguro, sobre todo si les haces caso”.
“No hace mucho leí unas declaraciones de Luca Marini donde decía que habían tirado seis meses a la basura. Yo se lo advertí”, sigue explicando el expiloto de Honda, “pues les dije que tenía la sensación de que iban en la dirección contraria al resto de fábricas. Es un tema de estructuración, no de recursos, pues tienen más que nadie. Yo creo que deberían escuchar a la gente. Volvemos a lo que siempre he dicho: es vital la conexión circuito-Japón, Japón-circuito, ingenieros del circuito y del departamento de competición, de la fábrica. Yo creo que mejorarán, sí, pero no ahora, yo apuntaría al 2027”.