El árbitro holandés Lindhout estuvo siempre cerca de la jugada, dejando jugar mucho en un encuentro emocionante. Sancionó las infracciones de forma uniforme y con sus gestos de autoridad cortó las pocas protestas de los jugadores de ambos equipos.

Manteniendo el control del partido en todo momento, acertó al expulsar a Eric Garcia a los diez minutos por un derribo claro en la frontal del área, evitando que el delantero del Mónaco pudiese chutar a puerta en una manifiesta ocasión de gol. Erró al señalar un penalti de Iñigo Martínez sobre Balogun pero el VAR le sugirió que lo revisase y enmendó su fallo al irse a ver la jugada al monitor.

No necesitó hacer arbitraje preventivo y acertó en las amonestaciones. Como hemos comentado, el VAR acertó al sugerirle que fuese a revisar la jugada del penalti. En resumen, Lindhout realizó un arbitraje serio en que primaron más los aciertos que los errores y, el que cometió, lo arregló haciendo caso al aviso del VAR.



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