El 4 de mayo de 2022, cuando faltaba un año para las elecciones municipales, Víctor Soler, presidente del PP de Gandia y portavoz del Grupo Municipal, hizo lo lógico. Se plantificó con todos los concejales ante la fachada del consistorio, montó una escenografía de unidad en el partido y arrancó la campaña electoral para arrebatar la alcaldía al socialista José Manuel Prieto. «Gandia nos mueve», fue el lema elegido por Soler, quien en paralelo abría una campaña situando carteles por toda la ciudad en los que «marcaba» las deficiencias, errores o ausencias del Gobierno local con el llamativo mensaje de «Ací falta gestió».
Aquel paso al frente de Soler cuando el partido aún no le había nombrado candidato quedó bruscamente interrumpido cuando una supuesta encuesta revelaba que «otra» persona, en este caso Juan Carlos Moragues, tenía más posibilidades de alcanzar la alcaldía. Efectivamente, como muchos ya sospecharon en ese mismo momento, el PP de Gandia entendió el mensaje, acató la orden de la dirección en València y aceptó que Moragues liderara la batalla de la alcaldía. Resignado, Soler aceptó ir de cuatro en la lista municipal, pero a cambio vio premiada su fidelidad y Carlos Mazón no solo le situó como diputado autonómico sino que dobló la apuesta y le integró en la Mesa de les Corts como secretario primero.
En Gandia aquel proceso traumático no dio el resultado esperado. Moragues perdió frente a Prieto y, frustrado, dimitió de concejal para abandonar la política no sin antes dejar su legado nombrando a Guillermo Barber, que iba en el puesto número 9 de la lista, como portavoz municipal, lo que supuso una sorpresa y, para muchos, un error de estrategia.
Un año ha durado esa situación. Con Carlos Mazón erigido presidente de la Generalitat y con plenos poderes en el partido, Víctor Soler ha vuelto al punto que tuvo que abandonar en 2022 y, por lo que se ha visto, con todo el ímpetu para tratar de recuperar la alcaldía de Gandia en 2027.
En primer lugar, y como era su intención, ha recuperado el cargo de portavoz del grupo municipal y ha iniciado una oposición al Gobierno local del PSPV y Compromís que ha sorprendido a propios y extraños. «Se acabó el recreo», es una de sus frases más extendidas.
Para estrenarse en su nueva función, el primer día hábil de septiembre ya arremetió contra el alcalde calificando de «decepcionantes» los anuncios de Prieto en su rueda de prensa de inicio del curso político. Al día siguiente Soler pidió una reunión con la primera autoridad municipal para consensuar proyectos que afectan a Gandia y pedirle que convoque el pleno sobre el ‘Estado de la ciudad’. Desde ahí, actos, reuniones, visitas, seguimiento estrecho de la política local y, aspecto no menos importante, una imagen de comunión con todos los concejales de su grupo, incluido el exportavoz, Guillermo Barber.
El PP de Soler, además, se sube a la estrategia del PSPV que, con Prieto a la cabeza, se prodiga en redes sociales. El socialista vendiendo su gestión al frente del Ejecutivo local y el popular criticando sus políticas y proponiendo alternativas. Entre las actuaciones de Soler, incluso «visitas institucionales» como la que, junto a otros concejales del PP, llevó a cabo a varios colegios de la ciudad coincidiendo con el inicio del curso. Allí alabó las «novedades educativas impulsadas por el Gobierno de Mazón».
Quedan dos años y medio para las elecciones que renovarán la Corporación Municipal de Gandia y elegirán al futuro alcalde o alcaldesa, pero es evidente que, por los gestos, Prieto y Soler parecen encaminados a protagonizar una batalla que ya ha empezado. Y si no que se lo pregunten a Carlos Mazón, el presidente del Consell que no disimula su afán por sentar a uno de los suyos en el despacho de la segunda planta de la Casa Consistorial gandiense y que, desde su alto cargo institucional, será un apoyo capital para su candidato.
Un pleno bronco abre la campaña electoral de 2027
La primera gran batalla de esta nueva estrategia de Víctor Soler se pudo ver ayer en el pleno corporativo de Gandia que, además, tuvo dos grandes novedades. Por una parte, ha sido el primero celebrado en viernes, a petición del PP, precisamente para facilitar que Víctor Soler pueda acudir a las sesiones habida cuenta de su cargo en les Corts Valencianes.
La segunda novedad, más sorprendente quizás, es que lo de ayer pareció el pleno previo a las elecciones locales, con encendidos debates que, en no pocas ocasiones, enfrentaron al alcalde socialista con el líder popular. Allí Soler llegó a acusar a Prieto de mentiroso, un adjetivo que la primera autoridad municipal no solo rechazó, sino que confesó que le había dolido.
Fuese en el debate sobre instalaciones deportivas, sobre la pancarta de un grupo independentista en unas fiestas de Barcelona o sobre el manido acuerdo de financiación en Cataluña, el tono de todos los portavoces se apartó de la cordialidad mostrada hasta ahora. Tanto es así que se superaron en mucho los tiempos fijados por el reglamento para cada intervención, una actitud que el alcalde toleró para evitar que el ambiente se caldeara aún más. Casi al final de la sesión Soler advirtió que esto solo es el principio y dejó perplejos a muchos concejales: «Hago más yo con mi simple dedicación que todo el Gobierno local junto». «Se les ha acabado al recreo», concluyó.