El verano es tiempo para desconectar, ir a la playa o reunirnos con la familia. Nunca puede faltar la visita a nuestra abuela, a quien no frecuentamos demasiado el resto del año por falta de tiempo o por la distancia que nos separa. Esta en Asturias se ha convertido en todo un fenómeno por la manera que tiene de comer un helado, como enseña su nieta.
En nuestros días, la mayoría de las parejas que se animan a tener hijos están pudiendo disfrutar de la ventaja de contar con la presencia de los abuelos, pues éstos aún proceden de las generaciones que tenían hijos como media en la década de la veintena. Este hecho es un tesoro sociológico que no valoramos suficientemente.
Según el Centro de Investigaciones Sociológicas, los abuelos ayudan emocionalmente a la familia, la mantienen unida, cuidan a sus miembros, ofrecen apoyo emocional, dan consejos, ayudan en el trabajo doméstico a los padres y transmiten la historia familiar. Juzgan poco, dan mucho, forjan recuerdos inolvidables y encuentran recursos para todos.
Para la ciencia, su figura resulta tan interesante que no deja de ofrecer detalles de por qué son así o por qué siguen viviendo mucho más allá de lo que biológicamente cabría esperar. Diferentes estudios corroboran que los abuelos aportan beneficios evolutivos a los nietos.
Su abuela
La definición del abuelo no se limita a haber sido padre o madre de otra persona que a su vez ha sido padre o madre, sino cuidar y ser cuidado. En cierta forma, seguir contribuyendo el engranaje productivo, ya sea permitiendo que los padres trabajen o que los nietos consuman.
Que en abstracto se teorice sobre las dificultades que supone la pirámide poblacional no quiere decir que se considere a los abuelos una carga, menos en un país en el que siguen siendo una parte esencial de las familias. Algo bueno tendría ser uno de los países donde más tardamos en independizarnos, donde la convivencia intergeneracional es mucho más frecuente.
En el caso de las abuelas, algo ocurre en su cerebro cuando ve por primera vez a un nieto. Un grupo de científicos de la Universidad de Emory ha escaneado ese efecto neuronal y la instantánea es asombrosa. Se activan las áreas asociadas con la empatía emocional. Si el bebé sonríe, ella siente alegría. Si llora, siente su dolor.
Si vamos a su casa, sabemos que nos tocará adaptarnos en cierta medida a su estilo de vida y respetar sus muchas manías, que a algunos les parecen entrañables. Esta joven lo demuestra con su vídeo en el que se ve a su abuela comiendo de una forma muy particular un helado, hasta el punto de convertirse en una sensación en TikTok.
Cómo come helado
Todo nieto sabe que si va a casa de su abuela nunca faltarán los helados en el congelador. Para merendar o para cuando apetezca. Sin embargo, la forma en la que la abuela de esta joven asturiana lo come ha provocado un aluvión de reacciones en las redes sociales de todo tipo.
Nos gustaría que fueran eternos, por eso momentos como este nos reconcilian o nos retrotraen hacia recuerdos con ellos. Cerca del 35 por ciento de los mayores de 65 años en España cuida a sus nietos varios días por semana, así de importantes son en nuestras vidas, más aún cuando nos dejan instantáneas como esta.