El confitero zamorano José Gullón Barrios fundó, en 1892 en Aguilar de Campoo (Palencia), una empresa galletera con su apellido. En los años 50, con su hijo Manuel Gullón al frente, la compañía logró una gran notoriedad con un proceso de diversificación de los productos tradicionales y el lanzamiento de las galletas maría y tostadas doradas. En 1973, para apagar tensiones familiares y financieras, se dio entrada a 30 accionistas minoritarios que sumaron el 28,5% del capital.

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