El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha pedido la dimisión del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, por las «coacciones» que el dirigente opositor  Edmundo González Urrutia ha denunciado que sufrió en la residencia del embajador español en Venezuela. Albares, por su parte, ha negado las acusaciones del PP sobre que el Gobierno haya participado en esta negociación con el Gobierno de Nicolás Maduro, aunque sin aclarar el papel del embajador español en Caracas ni cuándo conoció el documento firmado por el líder opositor.

Feijóo ha pedido también el reemplazo del embajador de España en Venezuela, Ramón Santos, por permitir estas «prácticas mafiosas» en territorio español y que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dé «explicaciones inmediatas» porque «no puede ser equidistante ni colaborador» con el Gobierno de Nicolás Maduro. 

Tras asegurar que España está haciendo «el ridículo» en el ámbito internacional, ha pedido al Gobierno aclarar si «está al lado de la democracia o de la dictadura» y le ha acusado de haber «mentido». 

Edmundo González denunció este miércoles, cuando estaba acogido en la embajada de España en Caracas, haber sido coaccionado por las autoridades chavistas para firmar un documento en el que reconocía la victoria de Maduro a cambio de permitir su salida del país rumbo a España.

Desde Roma y tras reunirse con la primera ministra italiana Giorgia Meloni, Feijóo ha denunciado que «la diplomacia española no puede estar al servicio de un régimen dictatorial» y que «bajo ningún concepto se puede tolerar que en una embajada española se coaccione a nadie» y «mucho menos» a un representante del pueblo venezolano. 

«Y menos aún por quienes son protagonistas de un demoleador informe de Naciones Unidas de violación masiva y perpretada con los derechos humanos después de las elecciones y antes de las elecciones», ha dicho, en alusión a la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, y su hermano Jorge, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela.

El líder del PP ha insistido en que Edmundo González «ganó las elecciones» de Venezuela el pasado 18 de julio y que «las actas» que así lo atestiguan «están a disposición de todo el mundo». «Como también lo están las prácticas mafiosas de un régimen que se niega a aceptar los resultados», ha afirmado para denunciar que esas prácticas «han tenido como escenario la embajada de España» en Venezuela. 

La respuesta de Albares

Ante estas acusaciones, José Manuel Albares ha insistido este jueves desde Bruselas que «el Gobierno de España no ha tenido nada que ver con ninguna negociación de ningún documento o de cualquier otro tipo de acuerdo” entre Edmundo González y el régimen de Maduro. El jefe de la diplomacia española no ha querido explicar el por qué de la presencia de la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez y de su hermano en la residencia del embajador español en Caracas, pero ha insinuado que fue el propio líder opositor el que les invitó.

«El embajador de España tenía instrucciones precisas de no inmiscuirse en la libertad de Edmundo González para poder hablar, gestionar, tener encuentros con quien él considerara», ha relatado Albares.

«Nosotros en todo momento permitimos -solo faltaba- a Edmundo González total libertad para hablar, recibir y encontrarse con quien quisiera. No voy a entrar en más detalles que corresponde a Edmundo González responder, pero desde luego lo que sí le puedo decir es que cualquier persona que acudiera para entrevistarse con él, cualquiera de ellos, no vino a solicitud del Gobierno de España, ni fue el embajador de España quien les invitó a entrar», ha insistido el jefe de la diplomacia española.

En cuanto a la presencia del embajador en la fotografía que recoge el encuentro del líder opositor con los hermanos Rodríguez, Albares ha dicho que «lo que tiene que quedar también claro es que el embajador y Edmundo González compartían un mismo espacio físico. Sólo hay un salón, era la misma casa, pero él cumplió escrupulosamente esas gestiones», ha dicho. No obstante, no ha querido aclarar en qué momento tuvo conocimiento de que el líder opositor había firmado el documento reconociendo la victoria de Nicolás Maduro.

«El Gobierno de España no ha participado en ningún tipo de negociación entre Edmundo González y el Gobierno de Venezuela. No ha participado en la redacción, en la concepción, en la elaboración de ningún tipo de documento que se haya podido establecer entre Edmundo González y el Gobierno de Venezuela, El Gobierno de España no ha participado en ninguna negociación política», insiste Albares.

El ministro de Exteriores ha resaltado además que «nadie le ha solicitado al Gobierno de España, ni nosotros lo hubiéramos aceptado, ninguna contrapartida política para que Edmundo González pueda estar felizmente y como era su voluntad en España».

«Los únicos contactos que el Gobierno de España ha tenido con el Gobierno de Venezuela han sido exclusivamente para poder conseguir que la aeronave de la fuerza aérea española aterrizara en Caracas y que hubiera garantías de seguridad para que el coche de la embajada de España en el que se desplazaba Edmundo González junto con el embajador de España pudiera llegar, como fue el caso, con toda seguridad a esa aeronave y pudiera llegar a España», sostiene Albares.

El ministro de Exteriores ha hecho oídos sordos a la petición de dimisión que le ha dirigido Feijóo y ha pedido al líder del PP que «desautorice» a Esteban González Pons, al que acusa de «injurias y calumnias» contra el Gobierno español y contra el servicio de acción exterior.

«El señor Feijóo lo que debería de hacer es desautorizar al diputado que está calumniando e injuriando públicamente a España, que está calumniando e injuriando públicamente al servicio exterior de España, que es intachable e irreprochable y que está trabajando en estos momentos en favor de la paz, de la democracia y de la libertad en Venezuela. Y lo que también le digo al Partido Popular es que por favor respeten la decisión que tomó Edmundo González y que comprendan las circunstancias tan difíciles en las que tuvo que tomarla», ha señalado Albares.

En este sentido, el jefe de la diplomacia española ha equiparado las acusaciones del PP al Gobierno de España con las que le ha dirigido el régimen de Nicolás Maduro. «Esas palabras me recuerdan a las insinuaciones, que rechazamos también tajantemente y que llegan de Caracas, acusando injuriosamente también a España de participar en una desestabilización política. Así que veo que hay dos acusaciones falsas de desestabilización de distinto signo político por parte de España y exijo al señor Feijóo que sea muy claro en esto», ha zanjado.

La acusación de Pons 

Horas antes de estas declaraciones de Feijóo, el vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons, elevó el tono y acusó al Gobierno de Sánchez de estar implicado «como cooperador necesario» en el «golpe de Estado que se ha producido en Venezuela» y señaló a José Luis Rodríguez Zapatero como el «gran urdidor» de la «operación».

Pons ha expresado su «asco» y «vergüenza» por la «complicidad del Gobierno de España» y de la representación española en Venezuela en «la operación de convertir a Maduro dictador» por un tiempo «indeterminado». «Nuestro Gobierno es cómplice de lo que ha sucedido en Venezuela», ha insistido en una entrevista en esRadio.

También ha recordado que González Urrutia estuvo acogido en un principio en la Embajada de Países Bajos en Caracas, no en la española. «Muy probablemente Países Bajos no les permitió chantajearlo en la residencia de su embajador. Luego fue trasladado a la residencia del embajador español para que el chantaje y la coacción fueran posibles», prosiguió el eurodiputado. 

Pese a que ha recibido varias preguntas de los periodistas acerca de si comparte las declaraciones de Pons, Feijóo se ha reafirmado en sus tres peticiones al Gobierno, al que ha acusado de nuevo de «ocultar la coacción» que sufrió González.

Por último, ha saludado que el Parlamento Europeo haya aprobado instar el reconocimiento de Edmundo González como presidente legítimo de Venezuela y ha dicho «avergonzarse» de que los socialistas españoles hayan votado en contra, a diferencia de lo que han hecho los socialistas portugueses.

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