Este jueves la sesión del juicio por las violaciones masivas que sufrió Gisèle Pelicot ha empezado con retraso y con la crispación del presidente del Tribunal de Aviñón donde se juzga a Dominique Pelicot, acusado de drogar a su mujer durante 10 años para que decenas de hombres la violaran. «No podemos perder tanto tiempo cada mañana por las ausencias de los acusados. (…) Soy firme con esto: los acusados deben presentarse a las 08.30h o justificar su ausencia ante el Tribunal”, ha dicho el presidente elevando el tono. Este jueves es el turno de un primer grupo de participantes en estas violaciones.
Mientras el presidente de la sala pasa lista, Gisèle Pelicot lo hace con su mirada. Repasa las caras de sus violadores, una por una, con el semblante serio pero desafiante. Ya no quiere presentarse como la víctima afligida, ahora lo hace con la cabeza alta y sin sus gafas, fijando sus ojos en la de sus violadores.
Este jueves, la audiencia se centrará en las declaraciones del primer grupo de acusados y emitirá el primer video de los abusos que sufrió Giséle, porque su marido se encargaba de filmarlo todo y guardarlo meticulosamente por carpetas. El primero en declarar, Lionel R., ha sido claro y mirando a Giséle ha pedido perdón: “Me siento culpable de violación pero no tenía la intención (…). Jamás quise hacerle daño, le pido perdón”. Gisèle ni se inmuta y la declaración continúa haciéndose cada vez más difícil de escuchar los detalles, y de imaginar por lo que pasó esta mujer de 71 años.
Lionel es el único, de los 51 hombres sentados en el banquillo acusados de violación agravada, que abusó de Gisèle durante el día. El resto lo hacían por la noche, cuando todo el mundo dormía.
«Hacía lo que él me decía”
«Fue una violación involuntaria, la violación fue culpa mía», señaló Lionel R. en una explicación confusa ante el Tribunal de lo Criminal de Vaucluse (sureste de Francia), cuyo presidente, Roger Arata, lo puso en varias ocasiones frente a sus propias contradicciones. Cada frase o explicación que da Lionel despierta la indignación de la víctima, quien murmura, sopla y comenta con su hija. “Vi que algo no iba bien. La penetré, se movió y el señor Pelicot me hizo salir de la habitación rápidamente. Salí al salón y me vestí, y Pelicot insistió para que volviera a entrar pero me negué y me fui. (…) Me siento culpable de violación pero no habia la intención. Cuando estaba en el coche volviendo, no me pregunté, no pensé que había violado a esa mujer”.
Su letrado insiste: “¿Entonces, hablamos de una violación involuntaria?”, “podemos decir que es una violación de mi culpa, en todo caso”, sentencia Lionel y la sala murmura: “¿eso existe?”, pregunta con ironía una periodista francesa entre el público.
La declaración del acusado, que ha durado tres horas, ha ayudado a contradecir las explicaciones que dio Dominique Pelicot el día anterior. “Fue una irresponsabilidad de mi parte, pero nadie me pidió que me pusiera preservativo”, negando a Dominique quien afirmó el pasado miércoles que pedía a todos los hombres que iban al domicilio utilizar preservativo.
La sala escuchaba atentamente a Lionel, quien repetía constantemente que no quería excusarse al dar explicaciones, puesto que lo suyo no tiene perdón. Frente a la atenta mirada de Dominique Pelicot, quien parece estar en perfecto estado de salud tras ausentarse durante una semana del juicio, Lionel detalle los encuentros con Dominique, algunos incluso fuera del domicilio, en el establecimiento en el que trabaja el acusado, donde hablaban sobre los encuentros ya realizados o futuros. “Hacía lo que él me decía. No es una excusa pero, el señor Pelicot era una persona muy directiva, no era la misma persona con la que había hablado por mensajes. Entonces, él dirigía y yo hacía”, afirma y Gisèle esboza una gesto reprobatorio.
La audiencia continúa y esta tarde se espera que se emita el primer vídeo de los abusos que sufrió Gisèle, a petición de la parte civil, y continúen declarando los acusados.