El hecho de que miles de bíperes utilizados por terroristas y agentes de Hezbolá en Líbano, Siria y otras áreas al norte de Israel hayan explotado simultáneamente es solo una pequeña muestra de la capacidad ofensiva de Israel. Con más de 4,000 terroristas heridos al mismo tiempo, muchos de ellos de gravedad, el devastador efecto psicológico del ciberataque atribuido a Israel sobre Hezbolá es solo una etapa preventiva en la guerra planeada contra esta organización terrorista en Líbano.

Ahora que la amenaza de Hamás ha sido prácticamente eliminada, a pesar de su capacidad aún letal para colocar explosivos y realizar ataques de guerrilla, y que las operaciones de limpieza están siendo ejecutadas por una pequeña fuerza de las Fuerzas de Defensa de Israel en la Franja de Gaza, la atención de Israel se ha desplazado hacia el norte. Hezbolá, como organización terrorista, y la República de Irán, un Estado terrorista, han sido advertidos.

El 7 de octubre del año pasado, Hamás invadió comunidades israelíes y campamentos militares en la Franja de Gaza. Los terroristas de Hamás torturaron, violaron y asesinaron brutalmente a 1,200 hombres, mujeres, niños y bebés, en lo que los israelíes llaman el “Shabat Negro”. El 7 de octubre también marcó el inicio de una guerra psicológica bien planificada y centrada en el público israelí.

Hamás, una de las organizaciones terroristas con más experiencia en propaganda y guerra psicológica, buscó combinar el terrorismo con una campaña psicológica destinada a minar la moral israelí, crear divisiones internas, cuestionar la necesidad de luchar y sacrificarse, debilitar la confianza en el liderazgo político y militar y, finalmente, reducir la resiliencia personal y comunitaria.

Desde el primer día, Hamás planificó sus operaciones psicológicas: desde el uso de cámaras para grabar la masacre y transmitirla en línea hasta la utilización de rehenes, vivos o muertos, como moneda de cambio para presionar a las FDI. Sin embargo, la mayoría de los ciudadanos israelíes y las Fuerzas de Defensa de Israel han demostrado su capacidad de resistir, lo que indica a Hamás que no solo ha perdido la guerra terrestre y su control sobre Gaza, sino también su guerra psicológica contra el pueblo israelí.

Mientras miles de terroristas y agentes de Hezbolá heridos llenaban los hospitales en todo el Líbano, la explosión simultánea de bíperes inalámbricos asestó un golpe moral significativo a los miembros y líderes de la organización, sembrando caos, confusión operativa y paralizando a Hezbolá. La detonación sincronizada de estos dispositivos demostró cuán vulnerable es la organización digitalmente y cómo no puede defenderse de las capacidades ofensivas de Israel, además de poner de manifiesto las deficientes capacidades de inteligencia de Hezbolá y su patrocinador iraní.

El objetivo de la guerra psicológica de Israel no solo es comprendido por Hezbolá, sino también por la comunidad internacional: Hezbolá tendrá que retirarse, desplazar sus fuerzas 15 kilómetros al norte de la frontera internacional de Israel y cesar el lanzamiento de misiles y drones. Después de casi un año de guerra de desgaste con Hezbolá, mientras Israel se concentraba en el sur, en la toma de Gaza y la eliminación de Hamás, el mensaje psicológico del ataque con los bíperes es claro para los líderes de Hezbolá.

Esto demuestra que Israel ya ha tenido suficiente después de un año de represalias que obligaron a decenas de miles de residentes a reubicarse en zonas de peligro, y que el pueblo de Israel y sus dirigentes no se han dejado vencer por la guerra psicológica de Hamás. Están preparados y dispuestos a hacer lo necesario para repeler a Hezbolá de la frontera norte de Israel y disuadir a la organización en los próximos años.

La generación de TikTok, Instagram y WhatsApp se estará preguntando: ¿qué es un bíper? ¿Qué son los “bíperes” que utilizaban los terroristas de Hezbolá? El bíper, anterior a los teléfonos móviles, permite a los usuarios recibir mensajes en áreas remotas sin cobertura telefónica.

Los bíperes, que muchos creían obsoleto, fue inventado originalmente en los Estados Unidos en la década de 1920. Su funcionamiento era simple, pero ingenioso: cuando alguien quería enviar un mensaje, llamaba a una central que lo retransmitía al dispositivo del usuario a través de una frecuencia de radio exclusiva. Al recibir el mensaje, el bíper emitía un sonido fuerte. Inicialmente, se utilizó en sistemas públicos y de seguridad, especialmente en hospitales y servicios de emergencia en Estados Unidos. Tras su aprobación para el uso comercial, se convirtió en una solución de comunicación personal.

Dado que los teléfonos móviles pueden ser rastreados y sus conversaciones escuchadas, Hezbolá, incapaz de resistir la supremacía digital de Israel, adoptó el uso de bíperes para coordinar y cronometrar los lanzamientos de misiles y drones contra Israel, así como para alertar a sus terroristas sobre ataques aéreos de las FDI.

Finalmente, el uso por parte de Israel de bíperes para ejecutar un ciberataque masivo que hirió a más de 4,000 terroristas y agentes de Hezbolá ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad tecnológica de bajo nivel de Hezbolá y de su patrocinador iraní. La postura estratégica de Irán ha seguido deteriorándose durante el último año, con Hamás prácticamente destruido y Hezbolá mostrando ser más un “tigre de papel” que una disuasión eficaz contra Israel.

El impacto del ataque israelí con los bíperes, más allá de los heridos y muertos, es la guerra psicológica que penetrará en la conciencia de los dirigentes iraníes. La estrategia de Irán de expandir su influencia está bajo una creciente presión y ha fracasado en Gaza, Judea y Samaria (Judea y Samaria), Líbano, Siria y Yemen.

El uso de la guerra psicológica por parte de Irán, promocionando sus logros a través de Hamás y Hezbolá, ha llegado a su fin y ha demostrado ser un fracaso. Lo que los líderes iraníes no comprenden es que la guerra psicológica puede ser eficaz contra Estados débiles y en crisis como sus aliados, pero resulta ineficaz e incluso contraproducente cuando se utiliza contra una superpotencia regional y militarmente fuerte como Israel.

Por el contrario, el exitoso uso que hizo Israel de la guerra psicológica mediante el ataque con bíperes podría resultar la estrategia más eficaz para debilitar el objetivo de Irán de convertirse en un Estado nuclear y frenar su expansión ideológica más allá de sus fronteras.

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