La red de prominencia frontostriatal, cuyas funciones aún no están del todo claras pero parece estar relacionada con el procesamiento y filtrado de estímulos externos, duplica su tamaño en la mayoría de los pacientes con depresión, según ha descubierto un nuevo estudio. Los hallazgos podrían ayudar en el desarrollo de futuros tratamientos, enfocados en esta red cerebral específica, además de disponer de un nuevo indicador como posible factor de riesgo para el inicio de la enfermedad.
Científicos de la Universidad Cornell, en Estados Unidos, han publicado un estudio en la revista Nature en el cual revelan la existencia de un patrón distintivo de interacciones neuronales que parece predisponer a algunas personas a desarrollar depresión. Mediante un enfoque de escaneo profundo, descubrieron que en la mayoría de los individuos con diagnósticos de depresión una característica cerebral llamada red de prominencia es casi dos veces más grande que en las personas sanas.
Los investigadores escanearon los cerebros de un grupo de voluntarios con diagnóstico de depresión y de otros participantes que no sufren la patología, empleando técnicas de resonancia magnética funcional (fMRI) durante docenas de veces, a lo largo de 18 meses. Como la depresión episódica se caracteriza por momentos de bienestar mezclados con otros períodos donde se manifiesta con fuerza la enfermedad, buscaban detectar “firmas” neuronales o en las estructuras cerebrales que cambiaran con el tiempo, algo que hasta hoy ha sido difícil de precisar en el caso de la depresión.
“Precableados” para la depresión
“Tener una red de prominencia frontostriatal más grande parece aumentar el riesgo de depresión”, concluyó en una nota de prensa el Dr. Conor Liston, autor principal del nuevo estudio. Pero los científicos no se quedaron únicamente con su grupo de voluntarios: a través de un equipo de colaboradores internacionales, extendieron el trabajo para analizar los datos de cientos de otros pacientes, cuyos cerebros habían sido escaneados con menos frecuencia.
Esos datos ratificaron los primeros hallazgos, sugiriendo que las personas con redes de prominencia más grandes en la infancia tienen más probabilidades de desarrollar depresión a lo largo de la adolescencia, como si estuvieran “precableadas” para la afección. Según los especialistas, el descubrimiento podría ser utilizado como un indicador para analizar posibles factores de riesgo e incluso trabajar de forma preventiva.
En definitiva, las conclusiones de la investigación permiten identificar una topología de red cerebral similar a un rasgo que puede conferir riesgo de depresión y cambios de conectividad, dependientes y relacionados con el estado de ánimo, en los circuitos frontostriatales que predicen la aparición y el cese de los síntomas depresivos a lo largo del tiempo.
Un paso útil
Sin embargo, según un artículo publicado en Science Alert los investigadores también enfatizaron que es aún muy apresurado marcar esta variación como un factor de riesgo concreto y evidente: para ello, se requieren datos de grupos más grandes y más diversos de individuos durante períodos de tiempo más largos, para confirmar con certeza el vínculo entre esta red cerebral en particular y la depresión.
Por último, la científica Miriam Klein-Flügge, de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, quien no participó en el estudio, indicó a The Guardian que los hallazgos “son un paso útil en el camino hacia ofrecer a los pacientes intervenciones que se puedan entregar en un plazo más rápido y que puedan dirigirse a sus necesidades individuales”, concluyó.
Referencia
Frontostriatal salience network expansion in individuals in depression. Conor Liston, Charles J. Lynch et al. Nature (2024). DOI:https://doi.org/10.1038/s41586-024-07805-2