Las orcas, como los demás cetáceos, son muy sensibles al ruido submarino ocasionado por las grandes embarcaciones que navegan en superficie. El Estrecho de Gibraltar es uno de los lugares del planeta más transitado por barcos de gran tonelaje, y el ruido que provocan se propaga en la zona donde habita un grupo de orcas. Científicos norteamericanos han analizado el impacto de este problema en un lugar de similares características: el mar de Salish, que son aguas costeras interiores en Washington y Columbia Británica, donde viven dos poblaciones de orcas: las residentes del norte y las del sur.

Fuente