La Alcaldía de Guía vuelve a estar en manos socialista después de 31 años. Alfredo Gonçalves se convirtió este martes en el nuevo regidor del municipio, con el apoyo de todos los miembros de la oposición, y tras descabalgar en la moción de censura a Pedro Rodríguez (Juntos por Guía-Nueva Canarias). El nuevo pentapartito de gobierno (PSOE, Unidos, Ahora Guía, Partido Popular y Coalición Canarias) trató de abrir puentes tras meses de crispación en la sesión plenaria, anunciando que se abre una nuevo rumbo de transparencia, diálogo y una nueva proyección de la vida social, económica y cultural; pero el alcalde saliente se encargó de emborronar la gestión de quien ha sido hasta hace un mes su compañero en el poder, además de cuestionar que Unidos no quiera gobernar pese a ser la segundo grupo más votado y lanzar otras acusaciones.
Tampoco ayudó la fuerte bipolarización del público, que llevó a que se vivieran algunas salidas de tono, en un acto que concluyó con voladores, aplausos y vítores para los concejales entrantes. La división que se ha vivido en la política local en los últimos tiempos se dejó sentir en un pueblo generalmente marcado por la excesiva calma.
Fue el quinto de los seis partidos que alcanzaron representación en la Corporación en las últimas elecciones municipales del año pasado, con sus 7.902 votos en las urnas, que le permitieron obtener dos concejales. Pero ese apoyo ha sido la llave para que la vida política de Guía registre un volantazo, que no se conocía desde hace 14 años en el pueblo con la llegada del gobierno de Pedro Rodríguez.
«Que no sufra tu familia»
Sin embargo, el PSOE ha sabido rentabilizar sus cartas para lograr que Gonçálves sea el segundo alcalde socialista en la etapa democrática. El anterior fue Ángel Trujillo Jorge (1991-1993), que apenas estuvo medio mandato, y tras ser descabalgado por Óscar Bautista. Y lo ha logrado gracias a que ninguno de los restantes partidos está dispuesto a apoyar al líder local de Nueva Canarias.
La unión de los cinco partidos le permite una mayoría holgada, con diez concejales frente a los siete de los nacionalistas salientes para los años que restan de mandato.
«No estamos aquí contra ningún partido político, ni contra nadie, sino para buscar lo mejor para Guía. Nos hemos unido desde la generosidad, anteponiendo los intereses de los partidos». Con estas palabras abría la sesión Alfredo Gonçalves para defender el golpe de timón en el Ayuntamiento, en un tono conciliador, que luego secundarían en términos generales sus compañeros de alianza.
Habló de forma somera de las principales líneas del programa de gobierno, que son en general de momento un buen puñado de buenas intenciones en distintas Áreas, pero sin nada concreto.
El nuevo alcalde se esforzó en defender que estamos ante el comienzo de un nuevo camino.
José M. Santana a Rodríguez: «Es triste que se despida con esas palabras como alcalde»
Sin embargo, lejos de mostrar ese tono conciliador. Pedro Rodríguez aprovechó su última intervención como alcalde para cargar contra su sustituyo, y hasta la censura su socio de gobierno, y contra el resto de asociados que le deben secundar en este viaje temporal de, al menos, los próximos dos años.
Con un falso buenismo inicial, tal vez porque no esperaba el comportamiento de sus contrincantes, salió al ruedo con el micrófono en mano para pedirles a todos una demostración de altura, sin rencores y sin descalificaciones. Para, a continuación, comenzar a criticar a la bancada de enfrente.
En este caso, Pedro Rodríguez agradeció que la oposición hubiera vuelto al salón plenario, tras su espantada antes del verano esgrimiendo los cuatro partidos (Unidos, Ahora, PP y CC) 13 razones, como falta de transparencia, realizar expresiones descalificativas y jocosas dirigidas a ellos, ausencia de un secretario municipal que tenga la categoría de funcionario habilitado nacional desde marzo de 2018 (el actual es un auxiliar administrativo y los informes los firma un despacho ajeno a la Corporación); abuso de acuerdos de junta de gobierno y plenarios tramitados conforme a informes elaborados por técnicos jurídicos externos, entre otras razones. «Me pareció que tenía retranca», manifestó, para defender el hastío social con la política actual.
El hasta ese momento regidor considera que la sociedad está viviendo un periodo de cansancio político, cuando sus preocupaciones son otras para llegar a final de mes. Y, añadió, «debemos aprender de las últimas semanas» que, a su juicio, lo que ha sucedido ha sido más simple que lo que se ha dado a entender.
Si bien habla de que la sesión formaba parte de un acto democrático, también lanzó un dardo al segundo partido en número de votos (Unidos), cuestionando que no aspire a la Alcaldía con sus números.
Y no paró. «Después de 14 años de alcalde quiero manifestar mi alegría de que haya conseguido su sueño, -en alusión al líder socialista»,- felicitando a su compañera Ruth Martín por el tiempo compartido en el gobierno. Eso sí, defendió que «nunca existió problemas entre nosotros», y que llega al nuevo cargo «faltando a su palabra y traicionando a su socio de gobierno».
Pedro Rodríguez defendió que en este tiempo se han cumplido todos los puntos del acuerdo. Y que si hay alguno sin llevar a cabo han sido los reglamentos de participación ciudadana y de bienestar animal, que estaban en manos de los socialistas. Curiosamente, aspectos que criticó mucho la oposición.
Achacó al PSOE el mal estado de las canchas deportivas, ya que era un área en sus manos, y gastar dinero en la fiesta del vecino de este fin de semana. En este caso, Gonçalves salió al paso de estas acusaciones, recordando que estos actos están pagados con una subvención del Cabildo, por lo que no ha vaciado sus arcas de Deportes.
«Me censuran con el deber cumplido», y deseando que las familias del alcalde y compañeros no sufran como la suya.
El tono del discurso del regidor saliente no gustaron en las filas del nuevo pentapartito. De ahí que José Manuel Santana se lo afeara: «Es triste que se vaya como alcalde con esas palabras».
Santana defendió que es el momento de recuperar la sensatez y el consenso en el municipio, y «el orgullo de ser de Guía».
Felipe Pérez: «Se acaba una década de hacer política en la que no cabía la crítica constructiva»
El cabeza de lista de Unidos, Felipe Pérez, evitó entrar al trapo de las palabras de Rodríguez, y se centró en su intervención en resaltar que «se acaba una década de hacer política en la que no había cabida la crítica constructiva», señala quien fue hasta 2019 compañero de filas en NC.
Enumeró algunas tareas a desarrollar en los distintos campos, señalando que «queremos dejar de ser el vagón de cola de desarrollo económico del Norte».
Alejandro Rivero (PP) se centró en señalar que la llegada de aire fresco a las oficinas municipales acabará con «los dos bandos» en los que, a su entender, se había fraccionado la sociedad local y la gestión municipal, dependiendo de la familia a la que perteneciera y a sus siglas políticas. «Guía es solo una», señaló, mientras insistía en la idea de que estamos ante una nueva era de transparencia para ser «un referente social, económico y cultural».
Por último, el líder del Coalición, Julián Melián, abrió la vía a hacer una nueva forma de gestión, ya que hasta ahora se ha basado solo «en el cemento».
Para tratar de echar por tierra la labor desarrollada hasta ahora en el Ayuntamiento, recordó que los usuarios de Tarazona llevan dos años desplazados a otros centros, cuando se les dijo que solo serían cuatro meses para rematar las obras de ampliación y la conexión con la edificación antigua y la recién construida y acabada. «Estamos eclipsados por los municipios colindantes, y venimos a aportar ilusión y futuro».
Por último, la portavoz de Juntos-NC, Sibisse Sosa, hizo un repaso de algunos logros realizados por su gobierno en las distintas Áreas.
La votación terminó por confirmar la censura, y la entrada de una nueva savia política. Y en ese momento se escucharon gritos en la calle, vítores y varias tracas de voladores, que daban la bienvenida al nuevo alcalde, Alfredo Gonçalves, y a sus nueve compañeros de gobierno que anuncia una renovación integral.