Uno de los medicamentos más exitosos de los últimos años, y cuyos artífices recibirán el mes próximo el Premio Princesa de Asturias de Investigación, lleva un año generando serios dolores de cabeza a las personas con diabetes que además sufren obesidad. El Ozempic –cuyo principio activo es la semaglutida– es un fármaco en forma de inyecciones de periodicidad semanal que sufre en todo el país graves problemas de suministro en algunas de sus presentaciones. Este problema viene arrastrándose «desde septiembre del 2023, sin que se conozca una fecha de restablecimiento», según indicó ayer a La Nueva España el Colegio de Farmacéuticos de Asturias.
En consecuencia, los pacientes se ven obligados a solicitar semaglutida pero en forma de pastillas: el medicamento se llama Rybelsus, es de ingesta diaria y obliga a separar su ingesta treinta minutos de cualquier comida. También podrían pedir semaglutida con otro nombre comercial, Wegovy, de reciente llegada al mercado pero sólo indicado para personas con obesidad. El Wegovy tiene una limitación muy significativa: no está financiado por la sanidad pública, por lo que el usuario ha de pagar su precio completo (hasta 292 euros al mes).
«Distribución controlada»
La situación es así de curiosa. Un mismo laboratorio fabrica dos medicamentos que se denominan Ozempic y Wegovy. Ambos tienen el mismo principio activo, semaglutida, y se administran de la misma manera: una pluma precargada con la dosis que se pincha de forma subcutánea una vez a la semana. Pero hay dos diferencias entre ambos: el Ozempic está financiado por el Sistema Nacional de Salud para los enfermos de diabetes que tienen un índice de masa corporal mínimo de 30, y escasea en el mercado desde hace un año. En cambio, el Wegovy, indicado para personas con obesidad, no está financiado y no sufre problema alguno de suministro. De ordinario, sólo es recetado a personas que necesitan perder peso y tienen la capacidad de pagárselo.
En cuanto al Ozempic, «el titular de la autorización de comercialización está realizando una distribución controlada al existir unidades limitadas», explicó a La Nueva España Alfredo Menéndez Antolín, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Asturias. El desabastecimiento en las boticas afecta a dos presentaciones de Ozempic con dosis menores –las de 0,25 y 0,50 miligramos–, mientras que de la dosis superior –1 miligramo– «hay suministro normal», puntualiza el Colegio de Farmacéuticos. Uno de los problemas de este desequilibrio es que la prescripción correcta debe de empezar por pautar las dosis menores «por una cuestión de tolerancia gastrointestinal», indicó a La Nueva España Elías Delgado, jefe de la sección de Diabetes del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).
El Colegio de Farmacéuticos puntualiza que «existen alternativas terapéuticas para este medicamento que sí se suministran con normalidad». El profesor Delgado confirma que en España –a diferencia de otros países europeos– se dispone de alternativa: prescribir semaglutide oral Rybelsus «pero con la supervisión de su médico, pues requiere unas condiciones de administración adecuada para que resulte igual de eficaz». Como se ha indicado con anterioridad, estos comprimidos son de toma diaria y han de ser ingeridos con unos 100 centímetros cúbicos de agua y al menos media hora antes del desayuno.
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