“Es muy curioso de ver”, cuenta Ana Elisa Martínez, murciana afincada desde hace tres meses en Vegadeo. Esta tarde no desaprovechó la ocasión de ver el efecto que las mareas provocan en los ríos Suarón y Monjardín de Vegadeo, elevando su cauce de manera muy llamativa. La mareona de esta tarde fue más alta que la del martes y, por tanto, hubo pequeñas inundaciones en los puntos habituales, como es el caso del barrio de El Fondrigo.
“Lo mismo que sube rápido, también baja rápido”, explicaba un veigueño a la vecina de Murcia, asombrada por el nivel del agua del río Monjardín a la hora de la pleamar. La villa de Vegadeo se enclava en la zona de desembocadura de los ríos Suarón y Monjardín en la ría del Eo y, por tanto, sufre el influjo de las mareas. Las consecuencias de las conocidas como mareas vivas son cada vez más graves y de ahí que el Ayuntamiento de Vegadeo cuente desde principios de año con un dispositivo especial: se cortan algunas vías, se alerta a los vecinos para que protejan sus locales y se colocan grandes sacos de arena en los puntos más sensibles para minimizar el impacto de las crecidas. No solo se desbordó el Monjardín, también el Suarón se salió de su cauce en la Avenida de Asturias llegando a cubrir parcialmente la carretera N-640, en su principal entrada a Vegadeo desde el centro de Asturias.
Muchos vecinos se acercaron a contemplar la subida de los ríos y no dejaron de hacer fotos y vídeos del fenómeno. Menos gracia les hace a los vecinos de los bloques más afectados. En el barrio de El Fondrigo, las viviendas más pegadas al cauce llegan a quedar incomunidadas. “Es una lata. No es la primera vez que salgo a trabajar con una bolsa con una toalla y chanclas para cambiarme al cruzar la puerta”, cuenta Iago Asensio, que en torno a las seis de la tarde esperaba a que bajara la marea para entrar a su casa. Por suerte, vive en el piso de arriba del todo, con lo que el agua no entra en su vivienda y solo sufre la entrada del agua al portal.
Otro vecino que conoce bien el impacto de las mareas es el hostelero Manuel Miranda, que tuvo que cerrar su negocio en varias ocasiones por las crecidas. «Hoy, al lado de otras veces, no es nada, es una marea de septiembre normal y corriente», precisa, al tiempo que considera «impredecible» lo que pueda pasar este jueves pues la subida de la marea depende de muchos factores como el tiempo o la presión atmosférica. «Es impredecible. Las mareas más grandes de toda la vida son las de marzo y las de septiembre, pero me tiene entrado el agua en mi negocio en febrero o noviembre, ahora está la cosa muy cambiada», añade.
Las mareonas dejaron llamativas estampas en diferentes puntos del Occidente como Luarca o Navia, donde hubo desbordes en algunos puntos como en el aparcamiento ubicado junto al Casino.