La ciudad es un espacio geográfico con elementos relacionados con el cambio climático en un doble sentido: la ciudad es agente activo generador de cambio climático y también sujeto paciente de recepción de los efectos de este proceso.
Las acciones de lucha contra el cambio climático en la ciudad deben comprender un abanico amplio de medidas para reducir su impacto. No se trata solo de crear más zonas verdes o de implantar sistemas de movilidad sostenible basados en energías limpias. Se trata de diseñar núcleos de población que estén preparados para soportar el menor confort térmico, los efectos de unas lluvias irregulares y de gran energía y el desarrollo de eventos extremos cada vez más frecuentes. Y esto afecta a la gestión integral de un ayuntamiento. De entrada, es necesario redactar una hoja de ruta con las acciones a desarrollar en los próximos años en función de los efectos previstos del cambio climático. Y a partir de ahí implicar a todos los departamentos municipales en la gestión de la mitigación y adaptación al cambio climático. Contando con la participación de la ciudadanía que es la que va a sufrir dichos efectos.
Se ha celebrado en Alicante una jornada de gran interés organizada por las Cátedras de Movilidad y de Cambio Climático de la Universidad de Alicante con la mirada puesta en la reflexión necesaria sobre el futuro de las ciudades. Es imprescindible repensar la ciudad. Cuanto más tardemos en ello, menos preparados estaremos y mayor será el impacto del cambio climático. Un reto fundamental para la planificación urbana en los próximos años, a la que debe adaptarse la normativa territorial para agilizar los trámites de implementación de los nuevos planes.