Los bíperes que detonaron hoy en Líbano y Siria, causando graves daños, habrían sido adquiridos por Hezbolá tras una directiva del líder del grupo terrorista en febrero. En ese momento, el líder instó a sus miembros a dejar de utilizar teléfonos celulares debido al riesgo de que fueran rastreados por la inteligencia israelí.

Un funcionario de Hezbolá, que habló bajo condición de anonimato con The Associated Press, reveló que los bíperes eran de una marca nueva, pero no quiso precisar cuánto tiempo habían estado en uso. Esta reserva en los detalles se debe a que no está autorizado a dar declaraciones a los medios de comunicación.

Expertos han señalado que las explosiones de los bíperes sugieren una operación altamente sofisticada y cuidadosamente planificada. Se especula que el Mossad habría logrado infiltrarse en la cadena de suministro y manipular los dispositivos con explosivos antes de que fueran importados al Líbano, como afirman varios informes.

Sky News Arabia informó que el Mossad, la agencia de espionaje israelí, habría interceptado los dispositivos de comunicación antes de que llegaran a manos de Hezbolá. Las fuentes indican que el Mossad insertó PETN, un explosivo potente, en las baterías de los bíperes, activándolos remotamente al aumentar la temperatura de las baterías.

El Wall Street Journal informó que algunos miembros de Hezbolá notaron que sus bíperes comenzaban a calentarse, lo que les llevó a desecharlos antes de que se produjeran las explosiones. A pesar de estas precauciones, las explosiones causaron la muerte de al menos nueve personas y dejaron alrededor de 2.800 heridos.

Por su parte, Al Jazeera citó a una fuente de seguridad libanesa que aseguró que el peso de los explosivos en cada dispositivo era inferior a 20 gramos. La misma fuente confirmó que los bíperes involucrados en las explosiones fueron importados hace cinco meses y que las autoridades están llevando a cabo una investigación para determinar cómo se activaron los explosivos.

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