«A las dos semanas de conocernos, me mudé a su casa. Dejé a mi mujer y a mis dos hijas por ella. Juani era la mujer de mi vida. Fue un flechazo». El que habla es Jesús Pradales, el hombre que quitó la vida (accidentalmente o no) a Juana Canal, la descuartizó en la bañera del piso que compartían y enterró sus restos «cerca de una carretera» en Ávila. Hoy, veintiún años después del crimen, ha contado su versión de lo sucedido ante un jurado popular y parte de la familia de Juana en el arranque del juicio en la Audiencia Provincial de Madrid.

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