Al menos 8 personas han muerto y unas 2.750 han resultado heridas, todos ellas miembros de Hezbolá, en los suburbios de Beirut y otras partes de Líbano tras la explosión de sus localizadores portátiles.
Un alto cargo de la inteligencia militar y un funcionario de un grupo libanés con conocimiento de la situación confirmaron que los localizadores utilizados por Hezbolá para comunicarse entre sí habían detonado en cadena.
El líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, había advertido anteriormente a los miembros del grupo que no llevaran teléfonos móviles, afirmando que podrían ser utilizados por Israel para rastrear sus movimientos y llevar a cabo ataques selectivos.
El grupo terrorista anunció que, entre los fallecidos, hay una menor de edad y al menos dos integrantes del movimiento.
Las explosiones se producen después de que el gabinete de seguridad de Israel votara ayer añadir otro objetivo de guerra a su actual conflicto con Hamas y Hezbollah: garantizar el regreso seguro de los residentes de las comunidades a lo largo de su frontera con Líbano a sus hogares.
Desde que estalló la guerra entre Israel y Hamas en Gaza el 7 de octubre, se han producido intercambios de disparos casi diarios a través de la frontera entre Israel y Líbano.