- Acuerdos autonómicos con Vox
- Libertad para adelantar elecciones
- Desmarques con la financiación
- Señala las fisuras del Gobierno
Alberto Núñez Feijóo asumió hace dos años y medio la misión de unir al PP tras la defenestración de Pablo Casado. Eso condujo a que se hiciera automáticamente con el control del partido. Sin embargo, ahora asume que el no haber podido formar Gobierno ha provocado que haya perdido la influencia total sobre los líderes autonómicos.
Según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes próximas al presidente del PP, Feijóo ha confesado en privado a miembros de su equipo de confianza que tiene constatado que desde hace un año “ya no manda en el partido”.
Es la conclusión a la que ha llegado después de comprobar que los dirigentes regionales apenas escuchan sus análisis sobre posibles adelantos electorales en algunas autonomías del PP, ni sobre la forma de relacionarse con Vox o sobre los acuerdos con Pedro Sánchez para financiación autonómica.
Se trata de un escenario que atribuye a que no logró formar Gobierno el pasado mes de septiembre, tras las elecciones del 23 de julio. Esa circunstancia ha debilitado su liderazgo en el partido. “Al final, los barones tienen poder institucional, y él no”, explica un alto cargo de Génova.
Acuerdos autonómicos con Vox
La estrategia de Núñez Feijóo ha pasado fundamentalmente por intentar atraer al votante moderado del PSOE, pero también por conseguir que buena parte del electorado de Vox vire hacia el “voto útil” al PP.
Ha buscado desde siempre dejar al partido de Santiago Abascal fuera de los ejecutivos. O sea, gobernar en solitario, con apoyos parlamentarios puntuales. Y no sólo de cara a las generales, sino en el máximo número de ayuntamientos y comunidades que gestionan.
Sin embargo, Feijóo asumió en la primavera de 2023 que ese escenario no era el que anticipaban las encuestas ni se iba a producir en las grandes plazas autonómicas que se encontraban en liza. Por eso dio libertad a los candidatos regionales del PP a la hora de establecer si sumaban o no con Vox. Se trataba de una novedad importante, porque hasta entonces había venido rehuyendo este escenario.
En verano, Feijóo avaló los pactos con los de Abascal en seis autonomías gobernadas por el PP (que ahora Abascal ha decidido romper, catorce meses después), y en septiembre del año pasado el líder del Partido Popular fracasó en su intento de investidura como presidente del Gobierno.
Libertad para adelantar elecciones
Ahora, según explican a ECD las fuentes próximas a Feijóo, el líder también ha dado libertad a sus barones para adelantar elecciones en sus autonomías porque, asegura en público, “la competencia es de los presidentes” y la respeta al 100%.
En cambio, en privado reconoce que al PSOE le cuesta exhibir fuerza en lugares como Madrid, Andalucía, Castilla y León o Aragón, donde hay representantes conservadores muy arraigados: Isabel Díaz Ayuso, Juanma Moreno Bonilla, Alfonso Fernández Mañueco y Jorge Azcón.
Y no vería mal un adelanto electoral, al menos en los territorios donde las encuestas garantizan al PP lograr en este momento la mayoría absoluta para dejar de depender de Vox, como es el caso de Castilla y León, Extremadura y Murcia.
Recuerda, además, que, en la etapa de Casado, la anterior dirección nacional sí promovió los adelantos electorales en Castilla y León y en Madrid.
Desmarques con la financiación
Por si fuera poco, Pedro Sánchez ha planteado reuniones bilaterales con los barones del PP en Moncloa en las próximas semanas con el fin de abordar el tema de la financiación. Feijóo ha prohibido esas reuniones, pero asume que la mayoría de los presidentes autonómicos sí quieren reunirse con el jefe del Ejecutivo para abordar “¿qué hay de lo mío?”.
Tanto el presidente de Murcia, Fernando López Miras, como el de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, como la de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, respondieron un minuto después que ellos sí se reunirían con Sánchez. Y un poco más tarde se sumaron el valenciano Carlos Mazón y el andaluz Juanma Moreno.
Visto lo visto, y para rebajar la presión, Feijóo reconoce que tuvo que anunciar que dejaba en manos de sus barones la decisión de acudir a los encuentros bilaterales con el presidente del Gobierno. Y admite también en privado que trató de buscar una foto con todos ellos, con idea de calmar los ánimos y dar sensación de fortaleza.
Señala las fisuras del Gobierno
“Yo creo que las únicas grietas están en el Congreso, en los socios que apoyan al Gobierno y dentro del propio Gobierno. Nunca he visto un Gobierno más agrietado. Del PP yo no me preocuparía, es un partido de Estado y no tiene grietas, lo que tiene son responsabilidades territoriales”.
Así respondió Núñez Feijóo cuando le preguntaron si había grietas en el partido, después de que Carlos Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana, declarara que está dispuesto a hablar de financiación autonómica y de quita de deuda con Sánchez cuando éste le convoque en La Moncloa, algo que él, como jefe del PP, ha ‘prohibido’ en varias ocasiones estos últimos días.
El presidente del Gobierno anunció la semana pasada una ronda de reuniones cara a cara con todos los presidentes autonómicos: oficialmente lo hace por protocolo, con motivo de haber sido elegidos para el cargo después del ciclo electoral. Oficiosamente, sabe que puede dividir al PP, si habla de mejorar las finanzas de las autonomías una a una.