Menos leyes, pero más negociación e iniciativas en busca de “consensos amplios”. El Gobierno ha comenzado a enmendar sus pretensiones de minusvalorar al poder legislativo tras el aviso del Congreso en el pleno de arranque del curso político. Las muestras de debilidad parlamentaria no se limitaron a las amenazas de Junts de volver a tumbar la senda de estabilidad y descabalgar los Presupuestos, sino que se visibilizaron también en la posición del PNV. Frente a ello, los principales colaboradores de Pedro Sánchez han intensificado esfuerzos para “negociar hasta la extenuación” con los socios parlamentarios. Asimismo, se apuesta por priorizar en su agenda iniciativas más transversales, a costa de rebajar su carga ideológica, para garantizar apoyos.
Pedro Sánchez ya matizó el pasado miércoles el mensaje que había lanzado en el Comité Federal del PSOE sobre la determinación de avanzar en su hoja de ruta “con o sin el concurso del poder legislativo”. Durante la rueda de prensa de balance de su viaje institucional a China subrayó que “vamos a tender puentes con el máximo respeto al Parlamento” y argumentó que sus prioridades para este curso político “tienen intersección con el Parlamento, pero también tienen acción propia del Gobierno”.
Unas prioridades que pretenden encontrar el equilibrio para atraer tanto a Junts y PNV como al resto de socios del ala más progresista. De ahí que se modere la reforma fiscal que anunció Sánchez con subidas de impuestos a las “élites” para adecuarla a “este contexto parlamentario”, según explicaban fuentes del Gobierno para responder a una propuesta más de máximos de sus socios de coalición. De hecho, se apunta directamente a la necesidad de un acuerdo previo con los nacionalistas vascos para reformar el impuesto a las energéticas con vistas a hacerlo permanente. Esta semana, los principales anuncios se centraron en la reforma del reglamento de circulación para reducir a más de la mitad la tasa máxima de alcoholemia, que se prevé llevar en breve al Congreso, y un paquete de ayudas al transporte público en el que se incorporará por primera vez la bicicleta.
Desde la perspectiva de “no tirar la toalla” pese a la falta de garantías para sacar adelante los Presupuestos, esta semana se redoblaron los contactos con Junts. El ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, se reunió el pasado miércoles con la portavoz, Míriam Nogueras, en la sala de Gobierno del Congreso. Aunque los posconvergentes no han dado muestras de acercamiento, en el Ejecutivo se agarran a que hay conversaciones. Mientras no les trasladen directamente su intención de tumbar las cuentas públicas, las mismas fuentes explican que seguirán intentándolo.
Bolaños se reunió también este jueves con el presidente del Euskadi Buru Batzar, Andoni Ortuzar, para reconducir las relaciones con el PNV, a quienes consideran un socio estratégico. Un encuentro en el que estuvo presente el portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, y que se produjo después de que el PNV se sumase a la iniciativa del PP para instar al Gobierno a reconocer a Edmundo González como presidente electo de Venezuela. El Ejecutivo y el PNV coincidieron en enmarcar esta reunión dentro de la “normalidad” de sus relaciones. Una idea en la que insistía Esteban el pasado viernes al tiempo que negaba un acercamiento con el PP.
Interlocución con Junts
Además de Bolaños, se están fajando en las negociaciones para reflotar la mayoría de investidura la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán. Este último no ha dejado en ningún momento de mantener la interlocución con el secretario general de Junts, Jordi Turull. Por otra parte, encabeza la delegación socialista en las reuniones con la formación de Carles Puigdemont fuera de España con la presencia de mediadores internacionales.
En Ferraz evitan concretar el contenido de estos encuentros, pero sí reconocen su periodicidad y que este mes de septiembre está previsto celebrar una nueva reunión. Tras la aprobación de la ley de amnistía, en citas pasadas se apostó por abordar el “reconocimiento nacional” de Cataluña. Una carpeta con entidad propia, aunque siempre ligada a la continuidad de la legislatura, cuya principal garantía de estabilidad no deja de ser la aprobación de las cuentas públicas.
Reunión interparlamentaria
En la dirección federal no dejan de tener un ojo puesto en el congreso que los posconvergentes celebrarán a finales de octubre, donde se clarificaría su estrategia a seguir. Si se opta por el rupturismo o por hacer valer su peso en el Congreso para arrancar acuerdos al Gobierno. Pase lo que pase, al igual que en el congreso de ERC, los socialistas sí mantienen su determinación a seguir adelante con una nueva prórroga de las cuentas públicas. Estirar la legislatura avanzando ley a ley y desde la acción propia del Ejecutivo.
Pedro Sánchez presidirá este lunes por la mañana la reunión interparlamentaria del PSOE en el Congreso. En el grupo socialista dan por descontada una reducción de la producción legislativa, frente a la hiperactividad de otros ejercicios. Algo que ya se previó al inicio de esta legislatura, por la endiablada aritmética parlamentaria, pero que se intensificará ante las tiranteces del bloque de investidura y la tramitación de los Presupuestos.