Un estudio genómico realizado sobre más de 700 ciervos rojos europeos ha permitido identificar cuáles son las cuatro áreas de distribución de este animal en el continente (Noruega, Escocia, España y Europa Central) y determinar que cada una de ellas tiene sus propias características genéticas, que es necesario preservar. Los ciervos de la Península ibérica son los que se han conservado más aislados durante 20.000 años en todo el continente y tienen, por ello, una mayor diferenciación genética.

Fuente