‘Rapa’, que acaba de estrenar su última tanda de episodios en Movistar Plus+, no solo lleva tres temporadas rodándose en Galicia y dando protagonismo a sus espectaculares paisajes, sino también contando con muchos actores de esa tierra. En su última entrega uno de los fichajes es Cristina Castaño (Villalba, Lugo, 1978), conocida por sus trabajos en series como ‘La que se avecina’, ‘Toy Boy’, ‘Cuerpo de élite’ y ‘Al salir de clase’.

-¿Había seguido las anteriores temporadas de la serie? 

-Sí, era seguidora y fan, así que cuando me llamaron para la tercera fue una alegría enorme. La productora es gallega, el director, muchos compañeros, así que tenía un sentido especial estar en este proyecto. Y, más allá de eso, por la calidad de las personas implicadas.

-Le ha tocado un personaje con una gran carga dramática: la madre de la joven secuestrada. 

-Sobre el papel, era complejo sostener esa tensión durante todos los capítulos, la angustia de una madre que no sabe qué está siendo de su hija. Pero luego el rodaje fue mucho más sencillo, con todo el equipo, con los compañeros, con el director…

-Además, tiene la presión de estar al frente de una importante empresa familiar.

-Es una mujer con carácter, que está acostumbrada a mandar, con autoridad, que sabe llevar la empresa, negociar, pero ahora se encuentra en una situación en la que no sabe cómo tratar con un secuestrador y no la dejan maniobrar. Siente dolor como madre y también mucha frustración porque está acostumbrada a conseguir lo que quiere y ahora no tiene el control, y eso la saca bastante de quicio.

-Últimamente le tocan mujeres líderes. Aparte de esta madre coraje de ‘Rapa’, a la Macarena que interpretó en ‘Toy Boy’.

-Es curioso. Antes fui Judith en ‘La que se avecina’, que no tenía nada que ver, una mujer que no se había encontrado a sí misma y tenía un punto de patetismo muy divertido. Pero es verdad que algunos de los últimos personajes que me han tocado son mujeres fuertes, con poder, con liderazgo y autoridad, y a mí me gusta interpretarlas, sobre todo en este momento que estamos viviendo a nivel social, en el que la mujer está recuperando un poco una presencia de más igualdad o, al menos, es lo que pretendemos.

-Judith fue un personaje que caló. ¿Todavía se lo recuerdan?

-Sí. ‘La que se avecina’ es un fenómeno de masas muy especial, que se estudia en la universidad. Hace nueve años que me fui, pero como siguen repitiendo los episodios, me siguen viendo. Como las nuevas generaciones vuelven, siguen viendo los capítulos desde el principio, así que de alguna forma es como si no me hubiese ido, porque sigues teniendo el mismo público e incluso nuevo. Para mí a veces es muy extraño que la gente piense que no me he ido, pero también es bonito seguir sintiendo el cariño por este personaje.

-‘Rapa’ no es la única serie que ha rodado recientemente en Galicia. Acaba de finalizar ‘Lume’, que se verá en Max.

-Es una coproducción de la televisión de Galicia, la de Portugal y Max. Y precisamente me toca otra mujer fuerte, una periodista que está investigando los incendios que se dan en la frontera. Además, tiene una historia personal detrás, porque su padre fue culpado de un incendio hace 30 años y tuvieron que huir de su pueblo, rechazados por el resto de vecinos. Así que para ella es la ocasión de volver y limpiar el nombre de la familia.

-¿Tiene que hablar portugués?

-Sí, fue un reto. Tuve que aprender el idioma porque tengo el 70% de los diálogos en portugués. Me he dado cuenta de que somos vecinos y conocemos poco de la cultura cinematográfica y seriéfila de Portugal.

-Hace unos meses la invitaron al Vaticano a conocer al Papa, en un encuentro con otros cómicos internacionales. ¿Cómo fue la visita?

-El Vaticano quería celebrar el valor del humor en la sociedad para unir a las personas, para consolarlas… No tenía ni idea de quién iba a asistir a la recepción, fue una sorpresa encontrarme a gente tan importante como Whoopi Goldberg y Jimmy Fallon. Más allá de mis inclinaciones religiosas, que no vienen al caso, era aceptar la invitación de alguien que está valorando tu trabajo, una experiencia única que no todo el mundo va a vivir. Estoy muy agradecida.

-¿Siempre supo que se dedicaría a la interpretación?

-Siempre, aunque cuando era pequeña quería ser muchas cosas: veterinaria, profesora… Tuve inclinaciones artísticas desde niña, cantaba, participaba siempre que podía subirme a un escenario… Mis padres me apoyaron, fueron mi mejor público, y tal vez el más exigente, siempre estuvieron ahí para darme la confianza que necesitaba en un principio.

-¿Nunca hubo un plan B?

-Nunca. Empecé a estudiar Periodismo en Madrid, ese era el plan B de mis padres. Me gusta la comunicación, presentar una gala, hacer monólogos, hablar en público, pero no tengo alma de periodista. Para mí fue la excusa para irme a Madrid, independizarme y, cuando pudiera coger carrerilla, coger mi camino.

-Y encontró ese camino…

-En segundo de Periodismo ya empezó a salirme trabajo como actriz y pude sostenerme por mí misma económicamente con 20 años. Empecé mi carrera y hasta ahora, con momentos mejores y otros peores, como cualquier actor. Pero nunca hubo un plan B porque siempre pensé que podría apartarme del plan A.

-Tras el rodaje de la serie Lume, ¿qué otros proyectos tiene entre manos?

-Quiero hacer un monólogo de comedia para el teatro. Llevo tiempo reuniéndome con un compañero para poder escribir mi propio texto y subirme a un escenario a contar todavía no sé muy bien qué. Me apetece tener algo un poco más personal de humor. Un buen referente para mí es Dani Rovira.

Fuente