A falta de buen juego, el Real Madrid se aferra a la suerte y a la pegada de sus atacantes para resolver partidos como este en San Sebastián. Un encuentro en el que no fue mejor y estuvo a merced de los de Imanol, pero a los locales le faltó ser más clínicos en el área para certificar las ocasiones clarísimas de las que dispuso. No fue el Madrid un equipo atractivo, ni tan siquiera sugerente. Pero el pragmatismo le permitió llevarse los tres puntos en un duelo que le costó otras dos lesiones: la muscular de Brahim y la que debe explorarse de un Militao que terminó cojo el partido de la rodilla operada.

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