España tendrá, en un cuarto de siglo, unos 800.000 estudiantes de entre tres y 15 años menos que ahora. Pero no hace falta irse tan lejos: el pasado curso hubo 160.247 alumnos y alumnas menso matriculaciones que hace cinco años. Y entre 2013 (el máximo histórico) y 2023 el país habría perdido 450.000 niños menores de 16 años. Esto abre varios interrogantes, sobre todo en el mundo rural. Si las aulas continúan vaciándose, ¿podrán seguir abiertos los centros educativos de municipios pequeños? ¿O tendrán que cerrar?

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