En unos pocos días, el Barça ha vivido la cara y la cruz de las lesiones. Marc Bernal fue finalmente operado y ha comenzado un largo proceso de recuperación estimado en casi un año, que debería llevarlo de regreso a los terrenos de juego. Casi al mismo tiempo, Gavi ha vuelto a entrenar con el grupo, lo que acerca la fecha en la que el centrocampista andaluz podrá regresar a los campos de fútbol, casi un año después de haberse lesionado gravemente en un partido con la selección española. El vídeo en el que se ve a Gavi con sus compañeros, tocando el balón y sintiéndose de nuevo futbolista, es una alegría para los barcelonistas y para los aficionados al fútbol.
El Barça vive una epidemia de lesiones, pero no es un caso único. Todos los equipos, en mayor o menor medida, sufren bajas de sus jugadores, muchas de ellas de larga duración, como le sucedió sin ir más lejos al Madrid el año pasado con Courtois, Alaba y Militao. Jugadores y entrenadores coinciden en que existe una correlación entre las lesiones y la enorme carga de partidos que se disputan cada temporada. Este año, los equipos que participarán en el nuevo Mundial de Clubes pueden rozar o alcanzar los 80 partidos, según el país y su rendimiento en las diferentes competiciones. Fermín, MVP de los JJOO, se lesionó en este parón de selecciones, en una convocatoria de la sub-21, tras disfrutar este verano de apenas unos días de vacaciones.
Mayor esfuerzo, menos descanso
Si aumentan los partidos, el tiempo de recuperación entre los encuentros se reduce y los viajes se incrementan. Además, el ritmo de juego ha aumentado considerablemente. Mayor esfuerzo e intensidad y menos descanso suponen un mayor riesgo de lesiones. Los estudios científicos no son concluyentes sobre si los futbolistas se lesionan más que antes, ya que paralelamente ha mejorado claramente la preparación física, la nutrición y la prevención de dolencias.
Aun así, es evidente que el calendario está sobrecargado por motivos económicos. La rueda de ingresos necesaria para alimentar las millonarias cifras que mueve el mundo del fútbol requiere que el espectáculo nunca cese. España tiene tres competiciones (Liga, Copa y Supercopa) e Inglaterra tiene cuatro: la Premier, la FA Cup, la Carabao Cup y la Community Shield. La UEFA organiza la Champions League, la Europa League, la Conference League y la Supercopa de Europa a nivel de clubes, y la Eurocopa y la Nations League a nivel de selecciones. La FIFA es responsable del Mundial de selecciones, la Copa Intercontinental y el Mundial de Clubes. La plantilla del Real Madrid compite esta temporada en siete torneos, al margen de las convocatorias con sus selecciones.
El espectáculo debe ser continuo: cada día hay fútbol de primer nivel en cualquiera de las pantallas que nos rodean. Los jugadores se lamentan, pero los ingresos que genera esta sobredosis de fútbol son necesarios, entre otros motivos, para pagar sus sueldos estratosféricos. De esa rueda también viven los clubes, las televisiones y otros medios de comunicación, las federaciones, las organizaciones supranacionales, los agentes… El formidable negocio del fútbol necesita que el balón ruede sin cesar, aunque el precio a pagar sea la integridad física de los jugadores.
Saturación del aficionado
Hay otro precio a pagar: ¿no hay saturación del aficionado? ¿Tanto partido no genera aburrimiento, un empacho de fútbol? El riesgo existe. Apenas unos días después de ganar un torneo, jugadores, clubes y aficionados pasan página y ya piensan en otra competición o en las del próximo año. Los partidos se acumulan, muchos de ellos de relleno y sin apenas incidencia competitiva. En la nueva Champions, por ejemplo, será más difícil que los clubes grandes queden eliminados, porque cuantos más partidos, menos espacio para las sorpresas de los equipos pequeños.
La infinita rueda competitiva también tiene otro efecto sobre la mentalidad de los deportistas. Es muy difícil mantener la tensión en tantos partidos y en tantas competiciones; se requiere una capacidad competitiva muy especial. Por este motivo, tienen tanto mérito equipos como el City en la Premier o el Madrid en la Champions, que ganan tanto y tan a menudo. Las lesiones físicas son evidentes, pero la fatiga mental también existe y es clave para el rendimiento y el espectáculo. Sin embargo, esta no se ve.