Edmundo González es el presidente «esté en Venezuela o en cualquier otra parte del mundo». Ese es el mensaje que ofreció la activista opositora María Corina Machado poco después de que su compañero de ruta decidiese emigrar a España tras semanas de hostigamiento y amenazas del chavismo. El objetivo, añadió, sigue siendo el mismo: nombrar al exembajador como jefe de Estado en la ceremonia del próximo 10 de enero. 

Las cosas, sin embargo, han cambiado con el reciente exilio. La oposición está obligada a diseñar una ‘doble estrategia’ que tendrá como sedes Caracas y Madrid. Hace unos días, el excandidato para las primarias de octubre de 2023, Andrés Caleca, señaló que desde ahora debe haber en Venezuela una «dirección colectiva» de «unidad» en contacto permanente con la ciudadanía. 

Además, añadió: «La conducción de este gran movimiento político tiene que ser una vanguardia organizada, perfectamente clara en la direccionalidad estratégica que tiene que darse en el movimiento. No le sirve de nada a nadie que sea por separado». Para Caleca, llegó el momento de los partidos políticos, y es la unidad en torno a ellos y a sus liderazgos lo que debe guiar la táctica en contra de la dictadura.


El excandidato a las primarias opositoras de Venezuela en octubre de 2023, Andrés Caleca.

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Sus palabras hacen eco de lo que dijo Machado después de que Edmundo emigrara. En un llamado a sus bases, afirmó que enfrentan «una nueva fase de lucha» y que ahora son los ‘Comanditos’ y los partidos los que deben avanzar en su búsqueda por recuperar la democracia. Para los compatriotas en el extranjero les reconoció una «responsabilidad enorme» ante la censura sufrida en los últimos años. 

En España, la oposición se niega a descansar. La presencia de Edmundo se suma a la de Leopoldo López y a la del exalcalde de la capital venezolana, Antonio Ledezma. También están en el listado el expresidente del Parlamento, Julio Borges, y Dinora Figuera, exdiputada. Juntos, con la colaboración activa de fuerzas como el PP, desean mantener e intensificar la presión hacia el régimen. 

La controversia en Venezuela hace días que pasó a ser un asunto de política interior en España. Mientras el Gobierno se niega a reconocer todavía a Edmundo, imitando la posición hasta el momento defendida por la Unión Europea, el Congreso aprobó una norma para apremiar a su reconocimiento.

En Bruselas, en tanto, si bien el jefe de la diplomacia, Josep Borrell, dijo hace unos días que «Edmundo González parece ser el ganador de las elecciones», nada asegura que la Eurocámara así lo valide con su votación de la próxima semana. La bancada de Socialistas y Demócratas, por ejemplo, no respaldarían esa resolución. Uno de los motivos, han anticipado, es el fallido ex reconocimiento a Juan Guaidó en 2019, cuando casi 60 países lo apoyaron sin el éxito esperado. 

El activismo como arma de lucha

Haciendo caso a Caleca, un grupo de activistas ampliamente reconocidos en su país, firmaron un comunicado de ‘proclama de unión’ difundido el pasado domingo. En él remarcan su lucha por recuperar la democracia de Venezuela y el posicionamiento de la unidad como horizonte entre todos los sectores políticos, sociales y culturales. 

Entre los participantes de la carta, destacan Andrés Izarra y Rodrigo Cabezas, ambos exministros chavistas; Lorenzo Tovar, secretario ejecutivo del Consejo Superior de la Democracia Cristiana; el escritor Leonardo Padrón; y la filósofa Yorina Coris, quien después de ser inhabilitada Machado la oposición le nominó a ella como candidata. No obstante, a los pocos días sufrió la misma suerte que su antecesora. 

Para los firmantes, el documento tiene como propósito convertirse en una referencia para la reconstrucción democrática de la nación. En palabras de Tovar, «debemos ser cuidadosos pero insistentes en el objetivo que estamos persiguiendo». Es en esta fase de «resistencia», como anticipó Corina, que el bloque opositor se compromete a paliar la represión del régimen con movimientos coordinados y con la unidad como batuta.

La académica Yoris hizo un recuento del modo en que arrancó la recuperación por el Estado de derecho y la conciliación nacional en las primarias de octubre de 2023. Fue ahí, consideró, que la disidencia a la dictadura comenzó una lucha real por retomar la institucionalidad de Venezuela. «Este documento se va a convertir en algo histórico. La unidad nos conduce a la reconstrucción de esa República devastada, destruida por un régimen que ha desatado una ola de represión sin precedente en los últimos meses».

Lo cierto es que pese a las movilizaciones y a los gestos de apoyo desde Madrid, a la presión de la comunidad internacional y a la resiliencia de Machado y los activistas, Maduro y su círculo de hierro parecen afincados al poder. Al estilo cubano, el régimen bolivariano hace caso omiso a las sanciones comerciales y al aislamiento al que está siendo objeto. Mantener la autoridad es, antes de todo, el mayor mandato.

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