La guerra viene de lejos. Precede incluso a la llegada de Francisco Martín a la Delegación del Gobierno en Madrid. Pero cada episodio de violencia sirve para volver a reclamar más medidas y medios que garanticen la seguridad en la capital. Cuando además hay un dato al que agarrarse, la confrontación del Ayuntamiento y el Gobierno de la Comunidad con el Ejecutivo central está servida.
Los datos de criminalidad en la región publicados por el Ministerio del Interior esta última semana muestran que no hay un incremento generalizado de los delitos violentos en Madrid, pero sí un repunte de las reyertas. En la Comunidad, un 3,6% más en el primer semestre de 2024 que el registrado en 2023. Es decir, 1.698 al año, algo más de nueve al día. La mitad ocurren en la capital, donde el crecimiento ha sido del 1,6%.
Desde el Ayuntamiento de Madrid trasladan en las últimas semanas su preocupación por el aumento de riñas y trifulcas este verano, episodios que, más allá de porcentajes, originan «una gran alarma social», dicen. La vicealcaldesa y portavoz municipal, Inma Sanz, responsable también de Seguridad y Emergencias del gobierno local, añade a estos datos globales otro con el que justifican su alarma: en los dos meses estivales, Samur Protección Civil ha tenido que realizar más de 100 atenciones por agresiones con armas blancas.
“No todas están relacionadas con bandas de delincuencia organizada”, matiza, “pero en todo caso hablamos de más de un centenar de personas atendidas en estos meses, y en algunos casos personas atendidas de gravedad y trasladadas a hospitales de gravedad por el uso de armas blancas, en muchos casos de grandes dimensiones”. Ya la semana anterior se había referido al asunto elevando el tono: “No queremos machetes en nuestras calles”.
En Cibeles no se duda en apuntar a la responsabilidad de la Delegación del Gobierno y el Ministerio del Interior. Aun concediendo que Madrid es una ciudad segura, el propio alcalde, José Luis Martínez-Almeida, llamaba esta semana al delegado, Francisco Martín, a “no caer en el triunfalismo” ante el fenómeno de las peleas con armas blancas. Y ha aprovechado la macrooperación policial del pasado viernes contra los narcopisos de la calle Cullera, en el barrio de Lucero del distrito de Latina, para lanzar el enésimo dardo a Martín: “El delegado del Gobierno nos criticó duramente por no sentarnos en una mesa con él para abordar el tema social y de prevención en la calle Cullera, pero ahí no hay un tema social y de prevención. Los 300 policías que están interviniendo demuestran que era un problema de criminalidad organizada, y eso no se resuelve con una mesa, sino con efectivos policiales suficientes”.
Administraciones en alerta
A principios de julio, un hombre de 35 años con una herida por arma blanca en el barrio de Usera tuvo que ser trasladado de urgencia al hospital. Dos días después, en el Paseo de Delicias, otro hombre fue herido con un arma de fuego en la parte baja de la espalda. Una semana más tarde, el servicio de emergencias tuvo que atender a un joven con múltiples heridas en tórax y zona lumbar por arma blanca y trasladarlo grave al 12 de Octubre. Con sucesos como estos, desde las administraciones madrileñas se ponen en alerta y miran hacia la Delegación de Gobierno.
Más policía en las calles. Esa es la reivindicación principal del PP, tanto en el gobierno municipal como en el ejecutivo regional. Tanto que el asunto ha llegado al parlamento autonómico y en el Debate del estado de la Región -aunque este no ha sido un tema central en ninguna de las dos jornadas-, se aprobó el viernes una resolución por la que se pide al Gobierno central que «incremente los efectivos de Policía Nacional y Guardia Civil, atendiendo al crecimiento de la población con datos reales de las plazas efectivamente cubiertas».
Aunque desde el Ayuntamiento se pone el foco en las reyertas, desde el ámbito regional se añaden los problemas de «inquiocupación». El portavoz popular que defendió la medida, Rafael Núñez Huesca, reprochó desde la tribuna al delegado del Gobierno que limitara al 0,02% los casos de ocupación en Madrid, como si esa cifra invitara a «ignorar» el problema.
Pero en la Delegación del Gobierno insisten en dos cosas. Por un lado, en que los datos de criminalidad recién presentados avalan la buena labor policial y, por otro, en que las cifras se mantienen estables. En la Comunidad apenas ha crecido un 0,9% el crimen convencional, en la capital el 1,3%. La obsesión de los populares, en cualquier caso, es que la seguridad se enquiste en los datos actuales y vaya a peor: «No vamos a consentir que Madrid se convierta en una nueva Barcelona», dijo Núñez Huesca en la Asamblea, en referencia a una ciudad donde la okupación ha generado más problemas y los ‘delitos graves y menos graves de lesiones y riñas tumultuosas’ han crecido un 11,8%, según los datos del Ministerio del Interior, pasando de 422 en el primer semestre de 2023 a 472 en 2024. Con el doble de población, en Madrid se registraron un total de 103.378 delitos convencionales, en Barcelona, 79.777.
Endurecimiento de penas
Además de defender que «Madrid es segura», desde la Delegación insisten en que la cobertura policial ha crecido en los últimos cinco años y que al final de este 2024 entrarán en el cuerpo 531 agentes nuevos, el doble que el año pasado. «Con esto estará cubierto el 100,2% de la plantilla», insistió Martín en la presentación de los datos. Pero esto no tranquiliza ni convence a los populares.
A la reivindicación largamente planteada de que el Ejecutivo central elimine la tasa de reposición que limita el número de funcionarios que cada administración puede sumar para poder incorporar así 1.000 efectivos más a la Policía Municipal, Almeida y su equipo han añadido otras dos: la exigencia de que la Policía Nacional desplegada en Madrid sea dotada de más recursos y el endurecimiento de las penas en lo relativo a la tenencia de armas y a la reincidencia. “No es de recibo que haya personas utilizando armas blancas en nuestra ciudad, que la policía les detenga una y otra vez y no se actúe con más contundencia, sobre todo cuando hablamos de machetes de grandes dimensiones”, deslizan.
Se reclama un plan para erradicar estos episodios y se recuerda que a principios de los años 2000, “con mucho trabajo policial” se consiguió descabezar a las dos bandas entonces más activas en Madrid, los Latin Kings y los Ñetas. Hoy estos dos grupos siguen presentes en las calles de la capital, pero son otros dos, Dominicans Don’t Play (DDP) y Trinitarios, los que más inquietan a los cuerpos policiales. Entre el 60% y el 70% de los pandilleros fichados en la ciudad pertenecen a alguno de estos dos grupos.
Pero en esto, vienen a decir desde la Delegación, Ayuntamiento y Comunidad pinchan. En 2022, cuando se puso en marcha el plan contra las bandas juveniles, hubo seis muertes asociadas a estos grupos, recuerda Martín. Desde marzo de 2023 no ha habido ninguno. Y las fuerzas de seguridad del Estado han detenido a 3.581 personas en los dos últimos años vinculadas a estas bandas – algunos reincidentes -y han incautado 1.567 armas blancas, nueve armas de fuego y 200 objetos peligrosos. Datos que repite para mostrar que el trabajo policial está siendo eficaz en este campo.
Sensación de malestar en las calles
Es cierto, reconocen en la Delegación, que hay casos en barrios del suroeste de la capital que han sido muy mediáticos y que generan sensación de inseguridad, pero insisten en que los datos no avalan ese miedo. La tasa de efectivos se mantiene en el mismo nivel y crece de forma proporcional al de la población, incide el delegado del Gobierno. No ayuda, sin embargo, a esa sensación de malestar en las calles, que desde las instituciones gobernadas por el PP «se generen alarmas hablando de okupación y de delitos asociados» a este fenómeno.
Entretanto, los datos de la Policía Municipal muestran que la tenencia de armas no ha variado significativamente en número en el último año. Si entre mayo y julio de 2024 hubo un total de 147 actuaciones por este motivo, en el mismo periodo de 2023 fueron 152. Sí se observa un cambio de tipo geográfico. El distrito en que más intervenciones hubo en ese periodo de 2023 fue Centro; en 2024, Puente de Vallecas, una de las zonas en las que se ha puesto el foco este verano.
“Ha habido más reyertas en algunos distritos del sur de la ciudad de Madrid y en puntos concretos donde, precisamente, nosotros tenemos prevista la instalación de cámaras, como puede ser en el ámbito de Ciudad Lineal”, aseguraba Inma Sanz este jueves. “Pero, en todo caso, creo que tampoco debemos focalizar estas situaciones en ningún distrito en particular porque se han dado en distintos puntos de la ciudad”.
Desde la Delegación del Gobierno, sin embargo, se señalan otros problemas que tienen que ver con la gestión y no con la seguridad como causa de estas reclamaciones. Además, se apunta hacia un nuevo horizonte dentro de la Policía Municipal, cuyas funciones principales son el control de tráfico y el cumplimiento de las ordenanzas municipales y, de manera puntual, el apoyo a la Policía Nacional. Sin embargo, se busca una «evolución» de la labor de los agentes hacia cuestiones que tienen que ver con la seguridad, y fuentes de la Delegación señalan que parte de las reivindicaciones vienen también por ahí. Con el incremento de los grandes eventos, la policía local ha tenido que trabajar muchas horas extra, pero eso no tiene tanto que ver con la seguridad sino con otras necesidades, inciden.