El reciente asilo concedido por España al opositor venezolano Edmundo González ha destacado como una muestra de alta diplomacia por parte del Gobierno de Pedro Sánchez, a pesar de las críticas recibidas por sectores de la derecha española. Mientras figuras del Partido Popular (PP) continúan acusando al Ejecutivo de blanquear al régimen de Nicolás Maduro, la realidad de los hechos revela un cuidadoso trabajo diplomático para garantizar la seguridad de González, uno de los líderes más importantes de la oposición en Venezuela. 

El Ministerio de Exteriores, encabezado por José Manuel Albares, gestionó la operación que permitió a González salir de Venezuela de manera segura, utilizando un avión de las Fuerzas Aéreas españolas. Según el comunicado oficial, esta medida fue tomada a petición del propio líder opositor, quien enfrentaba amenazas en su país. El Gobierno reiteró su compromiso con la protección de los derechos políticos y la seguridad de todos los venezolanos, haciendo especial énfasis en los líderes de la oposición. El pasado sábado, cuando se hizo efectiva la operación, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, en un ejercicio de poca inteligencia política tuvo la gloriosa idea de señalar que el Gobierno socialista no hacía nada por Venezuela. ¿Qué estaba haciendo en ese momento el Gobierno? Darle asilo político a un líder de la oposición cuya seguridad corría peligro en Venezuela.

La encomiable gestión de Zapatero y la palabrería de Aznar

El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ha sido una figura clave en la llegada de Edmundo González a España. A pesar de las críticas persistentes por parte de la derecha española, que lo acusa de tener vínculos con el chavismo y de respaldar regímenes autoritarios, Zapatero desempeñó un papel fundamental en la salida segura de González de Venezuela. La inquina de la derecha española contra Zapatero ha llegado a tales cotas de obsesión, que el leonés ha sido acusado de tener una mina de oro en el país iberoamericano. Tildado de colaborador del chavismo y blanqueador de dictaduras, mientras la derecha política usa Venezuela como arma electoral, Zapatero hace diplomacia por el bien de las relaciones bilaterales entre dos países ligados históricamente. 

La otra cara de la moneda es Aznar. A pesar de este importante esfuerzo diplomático, la fundación FAES, presidida por el expresidente José María Aznar, ha lanzado fuertes críticas, acusando al Gobierno de Sánchez y al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero de ser «cómplices» del régimen chavista. Según FAES, la salida de González de Venezuela favorece a Maduro, al eliminar a un opositor clave y concentrar la represión sobre María Corina Machado, otra líder opositora.

Edmundo González da las gracias al Gobierno de Sánchez

Más allá de las excentricidades de la derecha española, Edmundo González ha tenido palabras de agracedimiento al Gobierno de Sánchez por la gestión diplomática realidad: «He decidido salir de Venezuela y trasladarme a España a cuyo gobierno agradezco profundamente que me haya acogido y me dé protección en estos momentos, igualmente agradezco a la Embajada de los Países Bajos en Venezuela», ha expresado en una carta dirigida al pueblo venezolano y difundida en sus redes sociales. 

Este mismo jueves, González ha sido recibido por Pedro Sánchez en La Moncloa: «Doy una cálida bienvenida a nuestro país a Edmundo González, a quien acogemos mostrando el compromiso humanitario y la solidaridad de España con los venezolanos. España sigue trabajando en favor de la democracia, el diálogo y los derechos fundamentales del pueblo hermano de Venezuela», ha indicado el lider del Ejecutivo a través de un escueto mensaje publicado en X, red social antiguamente conocido como Twitter. Este encuentro ha sucedido un día después de que el Congreso de los Diputados, gracias al bloque de la derecha y la suma de los diputados del PNV, aceptase este miércoles reconocer a González como presidente electo de Venezuela. En esta votación, el PSOE y el resto de las izquierdas votaron en contra. El motivo, tal y como ha expuesto Moncloa, es que el reconocimiento de González debe hacerse de forma ordenada y coordinada con el resto de países de la Unión Europea.

 

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