Cuenta Aïcha Villaverde (Vigo, 2000) que se llama así porque su madre quería para ella un nombre menos común que el suyo, Ana María. Y el de Aïcha, que en árabe significa ‘vida’, título de una canción de los años 90, le pareció ideal. Aunque no al funcionario del Registro Civil, al que le tuvieron que enseñar el disco para convencerle. Y ahora esa niña ‘terremoto’, con tanta vida (haciendo honor a su nombre), que jugaba a ser artista ya puede decir que es actriz. Aunque espera demostrar que algo más. “También canto, bailo y en algún momento me gustaría compartir mi propia música y escribir”. Por ahora solo ha participado en una serie, ‘Ni una más’ (Netflix). Un proyecto nada fácil, ya que hace un retrato duro de una realidad que lo es.
-Disculpe, pero al principio me he puesto de parte de los padres.
-Lo entiendo. Yo no soy madre, pero imagino que debe de ser un trabajo muy duro, porque, aparte de que ningún hijo viene con manual de instrucciones, a veces los jóvenes y los niños tendemos a no tratar a los padres como personas. Y tienen sus cosas y sufren. La paternidad o la maternidad modifica a las personas y las hace muy vulnerables. Yo, en los primeros episodios empatizo tanto con los padres de Alma (Nicole Wallace)…
«A veces los jóvenes y los niños tendemos a no tratar a los padres como personas, y sufren y tienen sus cosas»
-Es un relato duro sobre la Generación Z.
-Cuando me llegó el guion me asusté muchísimo, lloré un montón, porque era mi primer personaje y había un poco de todo. Tenía escenas de sexo muy violentas y tuve miedo. Pero aún así creo que esta serie era muy necesaria. Porque está contada de una manera muy humana. Tenía un poco de miedo de que se romantizara de alguna manera, pero para nada. Está contado todo en un tono muy natural. Faltaba una historia de este tipo.
-Nata es una chica más clásica en las formas, pero tiene su momento gamberro.
-Me gusta enfocar así los personajes, porque concibo que una persona no es solo una cosa. Todos tenemos todo dentro. Y la historia está en encontrar cuáles son los desencadenantes que hacen que aflore esa parte de ti. Una chica que se ha criado en una familia clásica como la de Nata va a tener siempre desarollada esa parte de corrección. Quería construir un personaje que tuviese una fachada impoluta. Siempre va perfectamente peinada, saca las mejores notas, tiene el novio más guapo… Y eso en algún momento tenía que romperse. Es interesante ver cuándo sale toda esa frustración, rabia y emociones acumuladas durante tanto tiempo. Esa fractura me parecía el momento clave para que se empezase a cuestionar la relación con su madre y los patrones familiares que estaba repitiendo.
-Esa madre que le dice que una chica debe ceder ante su pareja.
-Pero me parece más preocupante y peligroso esas cosas que no se dicen. Porque al decirlo al menos sabes que existe. Y muchas veces las mujeres las tenemos inconscientemente integradas. En pequeñas dosis, pero las tenemos.
-Su personaje vive una relación tóxica. Sorprende que las chicas jóvenes, con lo que saben, sigan cayendo en eso.
-Es que tenemos una parte teórica muy entendida a nivel mental y esas cosas las sabemos. Pero una cosa es lo que sabes y otra lo que tienes asumido inconscientemente. Generacionalmente vamos arrastrando una serie de conductas que nos hacen ceder ante ciertas cosas. Y una relación tóxica es una de ellas. Tú puedes ver una chica superinteligente, feminista, superempoderada que no sabe salir de una relación tóxica. Porque la mayor decisión inconsciente que puede tomar una persona es la elección de la pareja. Es algo que aún no se sabe muy bien cómo ocurre. Es difícil entender por qué te atrae una persona, aunque sea superdistinta a ti. E igual de difícil es saber cuándo debes salir de una relación.
«El sexo no tiene que ser un tabú. Pero tampoco banalizarse. Y cada vez más aparece de maneras superficiales a edades tempranas «
-Y toda esa perfección oculta una inseguridad.
-Yo quería trabajar justamente eso. Ese perfil de chica que crees que es imposible que sea insegura. Pero esas personas que se esfuerzan tanto por estar mostrando todo lo que son es precisamente porque necesitan la validación. Y a mí lo de la validación en la adolescencia me parece un temazo que quería que se reflejase en este personaje 100%. Ella busca todo el tiempo la validación masculina. Y de ahí su hipersexualización.
-Al ser su primer proyecto, ¿cómo fue enfrentarse a las escenas de sexo?
-Fue muy duro vivirlo. Para mí el sexo es algo muy íntimo. Me cuesta que una persona me vea desnuda cuando no tengo una relación íntima con ella. Y por mucho que sepas que es ficción, estás poniendo tu vulnerabilidad en manos de una persona con la que no tienes tanta confianza. Yo lo vivo así. Sé que hay gente que lo lleva bien. La figura del coordinador de intimidad ayuda muchísimo, porque te hace verlo como algo más técnico. Pero a mí me resulta violento. Según vaya haciendo más escenas de intimidad lo acabaré normalizando, al menos mentalmente.
«Me cuesta que una persona me vea desnuda cuando no tengo una relación íntima con ella»
-Es muy respetable.
-No tengo problema en hacerlo. En el caso de Nata es bonito porque se muestra una intimidad más humana y real de lo que se ve en otras series adolescentes. El sexo no tiene que ser un tabú, pero tampoco banalizarse. Y cada vez más aparece de maneras muy superficiales a edades muy tempranas.
-¿Pese al MeToo siguen sufriendo el acoso de productores?
-Yo no lo he experimentado, pero no paran de salir casos. Por mucho que externamente ese productor o ese director tenga un poco más de cuidado a la hora de hacer las cosas, a nivel inconsciente sigue existiendo una sensación de posesión, de que las mujeres somos carne de la mirada masculina y que estamos para eso. Yo tengo mucho cuidado y espero nunca encontrarme con este tipo de situaciones en el entorno laboral. Porque si ya en el personal es terrible, si encima existe una relación de poder…
«Por mucho que un productor o un director tenga más de cuidado, a nivel inconsciente sigue existiendo una sensación de posesión»
-El acoso es deleznable, pero más cuando hay abuso de poder.
-Hay una sensación de que le debes algo a esa persona porque te está dando trabajo. Y en las mujeres que sufren este tipo de de abuso, luego también está lo de autocuestionarte si eso ha sido real o no y tener miedo a que alguien te quite tu propia verdad y te diga que no pasó.
-¿Cómo sueña su carrera?
-Me encantaría trabajar por el mundo y me muero de ganas de hacer algo de época. También un papel muy salvaje, la bruja o algo así. Personajes que me saquen de mi zona de confort.