Aguacates y mangos, entre otras frutas tropicales, son cada vez más populares en España y en Europa, y su consumo no para de crecer. El problema radica en que su cultivo, que requiere ingentes cantidades de agua (sobre todo el aguacate), está en plena expansión en zonas de España gravemente afectadas por la sequía. Producir un solo aguacate requiere entre 100 y 350 litros de agua (según el terreno), lo que supera ampliamente los requerimientos de las frutas autóctonas. En estas condiciones, el debate sobre la viabilidad de estos cultivos está sobre la mesa.

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