Bocacangrejo, un tranquilo barrio pesquero de El Rosario, Tenerife, ha pasado de ser un lugar casi desconocido a convertirse en una atracción viral en redes sociales debido a la obra de uno de sus vecinos, conocido como Rafa, quien comenzó a pintar corazones de colores por todo el pueblo. Esta intervención artística, aunque bien intencionada, ha generado una serie de problemas para la comunidad local, que ahora enfrenta una masificación turística que colapsa las infraestructuras y afecta la calidad de vida de sus residentes. Esta semana, los dibujos de esta «atracción turística» han aparecido tachados, por aquellos que los rechazan.

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