Hay situaciones que son inevitables. Buscar un lugar adecuado para ir al baño puede ser tarea difícil, incluso para quienes son de la ciudad, pero no están cerca de sus casas. Cuando tienes una urgencia, puedes verte obligado a usar un urinario público como este joven en una calle en las islas Canarias, pero lo que le sucede hace que esté a punto de no regresar.
Si esto te sucede en Madrid, existe una guía que explica cuáles son los mejores aseos públicos de la ciudad por si te encuentras en una situación así. Hace un par de años, COPE se desplazó a varios puntos de la ciudad para comprobar y comparar las condiciones teniendo en cuenta la existencia de elementos básicos como el papel, jabón o pestillo.
Si vamos al extranjero, encontramos que el centro comercial Deji Plaza, situado en la ciudad china de Nanjing, esconde en su sexta planta un baño que ha cautivado la atención de visitantes y apasionados de la arquitectura y del diseño a escala global, especialmente por su lujosa estética.
También hay una gran mayoría de estos establecimientos que no cuenta con un baño abierto a sus clientes. Por mucho que pueda parecer una decisión tomada unilateralmente por los propietarios de estos negocios, lo cierto es que se trata de un servicio regulado por la ley que atiende a diferentes criterios.
Un baño público
Según el Decreto 217/2001, la superficie y aforo del establecimiento, así como su naturaleza, son los parámetros a tener en cuenta a la hora de dictaminar si es obligatorio o no disponer de aseos públicos. Aquellos locales cuya superficie sea de entre 200 y 500 metros cuadrados deben tener un baño.
En cuanto al acceso a dichos espacios siempre que se encuentren habilitados, existen diferentes consideraciones a tener en cuenta. Por un lado, los supermercados son considerados como establecimientos públicos y, consecuentemente, deben permitir la entrada a cualquier usuario.
Esta política debe aplicarse igualmente en todos los casos, siempre que el negocio no disponga de una política de admisión que establezca lo contrario. En este punto, es importante subrayar que limitaciones de uso pueden ser consideradas como prácticas discriminatorias o abusivas.
Se trata de instalaciones en las que generalmente no reparamos, pero en muchas ocasiones terminan siendo indispensables en lugares de entretenimiento o de trabajo. Según la Encuesta Global sobre Higiene y Salud, el 25 por ciento de la gente se siente segura de las condiciones de higiene en los baños públicos.
En una calle en Canarias
Pero este joven tuvo que sentirse bastante extraño. Mientras regresaba a altas horas de la noche, tuvo una urgencia y, como se ve en el vídeo, entró a un baño público. Sus amigos no colaboran mucho, ya que se ve cómo le dejan abandonado a su suerte ante una situación que, si la cuentas, no te creen.
Cualquier persona, en un momento dado, puede necesitar hacer uso de un baño antes de llegar a su casa. Las razones son fáciles de adivinar. Ante la urgencia, una de las opciones a acudir a un bar o restaurante. Claro que la mayoría exige consumir y no siempre se quiere o se puede. Pero lo ocurrido en este urinario portátil supera cualquier ficción.